RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 13 de julio de 2014

MARTES 8: SESIÓN DE CUESTAS

El martes Merche no pudo salir a correr debido al dolor que padecía en ambas rodillas. En ese momento nos parecía ya preocupante la tendinitis que se le ha formado en ambas articulaciones, pero he de decir que a día de hoy la cosa ha mejorado, así que quedé registrado este hecho. Yo salí por la tarde, como casi siempre, a hacer las cuestas para cubrir el entreno de fuerza que pretendo cubrir una vez a la semana (bien con gradas, gomas o con las propias cuestas). Hice el circuito de detrás de los Cerros de la Aguzadera en un calentamiento largo hecho a ritmo alegre, nada que ver con las sensaciones del día anterior. Cuando llevaba unos 32 minutos comencé a subir el Cerro del Ángel por el carreterín y enseguida tiré por el camino de fuerte pendiente que no tiene más de 250 metros y que te deja casi arriba del todo. Una vez allí bajé unos metros por el carreterín y me "tiré" a tumba abierta por el camino pedregoso que baja con gran pendiente en el lado sur del cerro; cuatrocientos metros más abajo dí media vuelta y subí a ritmo volviendo sobre mis pasos, de nuevo me ví en el carreterín y en sentido contrario llegue al "camino de fuerte pendiente", bajé por él, dí media vuelta, subí, de nuevo me volví a tirar por el de cuatrocientos metros, subí, bajé por el corto, subí y bajé para ya terminar por el carreterín hasta el pie del cerro y de ahí hasta casa. Menudo lío de subidas y bajadas. Me salió una pizca más de una hora en un buen entreno que me llevó a hacer 20 minutos de subidas de fuerte pendiente, ideal para mi la idea que tengo en mi planificación.

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