RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 13 de julio de 2014

LUNES 7: ¡AY EL INTERVAL!

No conozco una mejor forma de realizar un entreno de calidad que con una sesión de interval. Probablemente las series sean más efectivas, eso está por probar, pero desde luego son más estresantes y más desagradables para mi. Así que la fórmula me funciona: salgo a realizar un circuito preestablecido, fuera del pueblo, caliento 20 o 25 minutos, 25 minutos en esta ocasión, y comienzo con los cambios de ritmo, que pueden ser de distinta duración (en pirámide) o de la misma (lineal), y voy llevando el ritmo lo mejor que puedo, sin preocuparme de realizar un crono concreto. Si lo alargas lo suficiente, pasando por ejemplo de 60 o 70 minutos, se convierte en un excelente entreno que asimilas bien y que da sus frutos, al menos esa es mi impresión. El lunes fue así, tras 25 minutos de calentamiento yendo por el Camino del Peral, comencé con los cambios a razón de 2´30´´ fuertes y 2´30´´ (en esta ocasión bastante suaves porque el cuerpo así me lo pedía). No fue un gran entreno porque no me llegué a encontrar bien en ningún momento, pero salvé una sesión de calidad, eso sí. Me salieron 10.600 metros.

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