El miércoles fue de esos días en los que un imprevisto laboral hace que vuelva a casa a las tantas y de esta forma mi plan se vaya al traste. Así que el jueves tuve que madrugar y a eso de las 06:45 me fui a hacer una tiradilla, pasando por detrás de los Cerros de la Aguzadera y de ahí cogí hacia la Avenida de las Tinajas, para antes de comenzar la misma ir al Parque Cervantes. Llegado al "pulmón de Valdepeñas" me encontré que estaban montando el mercadillo semanal, y siempre me da un poco de vergüenza correr mientras me observa gente que está trabajando, pero no había más remedio que realizar mis series. Hice 8*300 con apenas recuperación, a ritmo moderado, y desde ahí para casa. Hacía casi frío lo que me permitió disfrutar del entreno y la verdad es que me encontré bastante bien.
El jornada laboral del jueves resultó también densa y dura, pero aún así y pese a estar hecho polvo, Mercedes y yo salimos por la tarde noche a rodar, eso sí, bastante suave: yo estaba bastante cansado y ella se está recuperando de su tendinitis. Hicimos algo menos de 8 kilómetros, con lo que completé un doblaje bastante decente.
El viernes tocaba descanso y lo respeté, pese a cerrar la semana con menos de los 93 kilómetros que tenía planificados.
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