RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 10 de mayo de 2014

SÉPTIMA Y OCTAVA SEMANA PARA LA QTC (QUIJOTE LEGEND)

No estoy muy contento con el plan que estoy siguiendo. No estoy cumpliendo con él todo lo que hubiera deseado, y quizá el trabajo, cierta falta de motivación y la llegada del calor hagan que resulte conforme a lo esperado. De hecho, el acumulado de kilómetros está cayendo de forma clara, no consiguiendo cumplir con el objetivo marcado. En cualquier caso no puedo exigirme más, porque esto no debe convertirse en un continuo estrés (corremos para disfrutar y de vez en cuando sufrir y no al revés).

La semana séptima, la que comenzó el sábado 26 de abril, lo hizo de forma esperanzadora, con una tirada larga de 22,50 kilómetros, y fue de forma inesperada. El viernes 25 estaba muy muy preocupado con un dolor muy agudo en la zona del ligamento lateral interno de mi rodilla izquierda (la de la pierna menos propensa a las lesiones). Sin embargo contra todo pronóstico, el sábado por la tarde salí a hacer cinco kilómetros para ver si podía correr el 10.000 de AFAD al día siguiente y al comprobar que no me dolía nada acabé haciendo 22,5 kilómetros con las Salomon y terminando a muy buen ritmo. El domingo tocó correr el mencionado 10.000 y se dio bien, para mi pierna y para Mercedes, que batió su marca con 54´45´´. El lunes tocó ir a hacer mis series de interval combinadas con gradas y las sensaciones no fueron malas; el martes descansé por contratiempos laborales y ese hecho me fastidió el resto de semana; el miércoles traté de resarcirme haciendo 16,50 kilómetros que se me hicieron algo pesados, tenía las piernas cargadas; el jueves salí con Mercedes para hacer un entreno muy suave pero metiéndonos por zonas agrestes para que sirviera de simulación a lo que nos íbamos a encontrar en Cáceres, y el viernes no pude correr debido al viaje y nuestra estancia en tierras extremeñas. Resultado: una semana con cosas buenas y cosas malas: lo mejor el buen entreno del sábado y del lunes, lo peor el hacer tan sólo 72 kilómetros.

La semana octava comenzaba a lo grande: con un trail de 31 kilómetros duro donde los haya. Las sensaciones fueron buenas, salvo al principio, porque costó acostumbrarse a esas cuestas. Fue mi primera toma de contacto competitiva con esto de los trail y resultó una experiencia muy gratificante. El domingo estaba deshecho con un terrible dolor de piernas, aún así salí con Mercedes para regenerar un poco. El lunes seguía estando muy cargado e hice un entreno suave de menos de una hora que costó horrores. El martes salí con Merche para hacer un interval suave de algo más de una hora, el miércoles me marqué un breve pero intenso interval en el parque que me llevó a pensar que las piernas ya se iban recuperando, y para terminar el jueves volví a salir con mi mujer para hacer algo menos de 50 minutos que no dejaron de ser también una sesión regenerativa. El viernes me tomé descanso, porque no tenía ganas de correr y decidí darme un descanso a pesar de con ello volvía a quedarme lejos de lo planificado. A resultas, algo más de 71 kilómetros en otra semana donde no he cumplido, pero donde al menos he competido a buen nivel en Cáceres y donde mis piernas han acabado recuperándose y sin lesiones.

Estas son las tablas:


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