RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 26 de octubre de 2013

MIÉRCOLES 16: NO SABÍA NI LO QUE HACÍA


Me levanté con pocas ganas de correr y miré la planificación, 15 kilómetros de carrera con interval, pero como tenía que preparar clases, me lié en el ordenador y no me quedó tiempo para poder desarrollar el entreno, así que me vestí y rápidamente me fui al parque para hacer un entreno intenso y más corto. Nada más llegar cambié el ritmo y decidí sobre la marcha hacer un 7000 metros a eso de 4´20´´-4´30´´. Me costó coger ritmo, y no es agradable correr de noche por el parque porque la superficie no es regular en la mayoría de los tramos, pero lo hice. En algún momento de la serie comprobé que no estoy en forma porque las piernas comenzaron a quejarse, a no ir fluidas, aunque la sensación negativa no fue a mayores y completé la séptima vuelta, eso sí, bajo de revoluciones. Por último me fui descalentando a casa.


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