RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 26 de octubre de 2013

MARTES 15: NO ME HABÍA OLVIDADO DE ESTE BLOG




Cada día que ha ido pasando me he ido sintiendo culpable por no actualizar este blog. Han ocurrido muchas cosas que hoy os voy a contar, y no sé si os interesarán o por el contrario ni las leeréis, pero yo descargaré la información en este vehículo con el fin de dejar reflejado lo que aconteció y al paso, descargar sentimientos retenidos.

El martes madrugué, por no tener otro remedio, y fui al Cerro del Ángel para realizar tres subidas por la carretera, frontal incluido. La primera no fue muy cómoda, pero la segunda y la tercera se dieron algo mejor, y pude completar las bajadas con cuidado de no dejarme un tobillo en los muchos agujeros del carreterín, que de noche no se distinguen.

Los días se acortan y amanece más tarde, de manera que fue ya regresando a casa cuando comenzaron a aclararse las sombras para dar paso a la primera luz del día. Yo estaba satisfecho porque llevaba unos días entrenando más fuerte de lo que últimamente estaba siendo tristemente habitual.

Al final hice 11 kilómetros.


2 comentarios :

  1. Lo he conentado alguna vez, tiene merito salir de noche y sin luz a entrenar.

    Saludos, Emilio.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Es algo a lo que yo no logro acostumbrarme. Hace un rato me he ido por caminos desconocidos de noche, y con el riesgo de quedarme sin pilas, y la verdad es que no me gusta, pero o eso o no salir, o hacerlo por terreno duro

      Eliminar