¡Estamos terminando!. Qué gusto da cuando llega la parte final de un plan. Al hecho de que se acerca la competición se une también la circunstancia de haber bajado el kilometraje y poderte relajar un poco, que falta hace. Además, el verano se va, viene el otoño y ahora es cuando se disfruta corriendo, con el fresquito, casi nunca frío, el olor a tierra mojada, las hojas secas...
Esta semana ha sido propia de tapering. Tenía pensado realizar entre 70 y 75 kilómetros y eso he hecho. Lo mejor ha sido que introduje una tirada más larga de lo proyectado, casi 33 kilómetros, y aunque expuse, no tuve problemas, lo cual me ha dado confianza. Además, tuve dos sesiones de bastante calidad. Sólo descansé el lunes y ya está todo preparado para afrontar la última semana antes del gran reto inesperado: la Madrid-Segovia del sábado que viene.
Por días esto fue lo aconteció:
- Sábado 7: tirada de 32.700 metros, con mochila de hidratación y comida. Me lo tomé con calma yendo suave y sin GPS. Me salieron 4 horas y 28 minutos y sin molestias. Lo mejor es que introduje cuestas, la más dura fue la subida a la Sierra del Peral con 200 metros de desnivel positivo en 2 kilómetros.
- Domingo 8: fuimos Mercedes y yo al parque a hacer fartlek libre durante unos 50´. Aprovechamos y metimos algo de gradas. Sin molestias.
- Lunes 9: descansé.
- Martes 10: fue un buen entreno de cuestas con pendientes grandes en el Cerro del Ángel. Me encontré fuerte.
- Miércoles 11: fue un entreno de 50´suaves, transitorio teniendo en cuenta el tapering.
- Jueves 12: la sesión más exigente de la semana con un interval intenso a razón de 2´fuertes y 3´suaves. Me salió 50´por debajo de 5´el kilómetro, incluyendo calentamiento.
- Viernes 13: rodé tranquilo durante 40´.
Conclusión: semana propia de tapering en la que he disminuido la carga de kilómetros hasta los 73. Incluí calidad, es decir, intensidad, con el fin de no relajarme demasiado.
Esta es la tabla:
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