Asumir el reto supone dar un paso adelante, esperar emociones fuertes, intensas, sentirte vivo. No podemos alargar nuestra corta vida, pero quizá si podamos darle un sentido e intensificar nuestras vivencias. En estos últimos meses todo ha girado muy deprisa y he bajado considerablemente todos mis registros, y aún me cuesta asimilarlo. Pero tras Roma volví a asumir el reto de seguir exprimiendo el limón hasta la última gota de jugo de esfuerzo. Hoy, sin embargo, la realidad hace que esté más con los pies en la tierra, tras la decepción del 10.000 de ayer. No soy una máquina que conforme la programes haga su trabajo, estoy lleno de limitaciones y éstas son contra las que lucho, aunque algunas veces me vencen. Así escribimos página a página esta guerra que libramos los runners: algunas batallas las ganamos y nos elevan a un estado especial, y otras las perdemos y se abren puntos de inflexión que bien utilizados nos permiten avanzar y que luego nos harán llorar cuanto venga la siguiente batalla ganada. La historia se construye desde los fracasos, desde los fiascos, porque sin ellos el éxito no se disfrutaría.
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