RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 7 de abril de 2013

DOMINGO 7: RODANDO EN COMUNIÓN CON LA GENTE

Domingo 7 de abril de nada más y nada menos que el 2013. Buena mañana, con sol y con ganas de salir a correr, por el mero placer de correr. Además, el entreno hoy es suave, con lo que hará aún más placentera la sesión. He aquí un cuasi ermitaño que empezó a correr solo, y que casi evitaba al resto de los runners. Con el tiempo, la cosa ha ido cambiando, y gracias a esos cambios yo he ido progresando. ¡Javier! vale que te guste correr solo, vale que te planifiques tu solo tus entrenos y te fijes tu solo tus metas, pero esto es también un deporte de equipo, porque todos necesitamos compartir cosas, las buenas y las malas. Así fue como este blog me salvo, en ese sentido, y fue un elemento dinamizador, motivacional y socializador, un mecanismo para comunicarme con la gente y recibir su calor, y que en seguida comprobé como nacía en mi un sentimiento de estar "en deuda"; por ello hoy estoy inscrito  en dos clubes y por ello hoy corro por muchas razones, una de ellas porque todo esto es también una forma de vida, y no una forma de vida solitaria, desde luego.

Me acerqué al parque, muy contento porque me sentía con ganas de correr, y allí, en nuestro querido parque había un montón de runners (se nota que es fin de semana y sobre todo que hace ya buen tiempo). Llegaron las chicas del Extenuación Valdepeñas de una tiradilla, y entre ellas mi hermana Mari Carmen, y por un momento me sentí muy a gusto con el ambiente. Me uní a Juan Crespo y a su hermana Paqui Crespo, dos auténticas leyendas del atletismo valdepeñero y fuimos rodandillo y, por supuesto, charlando y charlando. Hablamos del pasado, de lo que fuimos, hablamos de como me va, de mis progresos, y las vueltas se sucedieron rápidamente, sintiéndome más en una fiesta entre amigos, que en un entreno propiamente dicho.

Después, paré a estirar, charlé con la gente que estaba en la zona haciendo lo propio, y para casa. 11200 metros suavillos y sobre todo gratificantes.


No hay comentarios :

Publicar un comentario