RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 22 de febrero de 2013

TIRADA LARGA DÍA LABORAL Y CON EL FOCO

Hasta donde yo recuerdo no alcanza a mi memoria el día laboral en el que tras el duro día de trabajo y obligaciones familiares hubiera tenido que salir a hacer casi 21 kilómetros por los caminos y en noche cerrada. Ayer lo hice, y para ser sincero no supuso un grandísimo esfuerzo, quizá por el apoyo moral que supone pensar que este plan ya se está acabando y lo más duro está ya finiquitado. Me fui por el camino del Peral, hasta llegar a la entrada de dicho paraje, cogí la carretera de La Solana durante un kilómetro y desde ahí cogí el camino asfaltado que me lleva a la gasolinera Shell del kilómetro 191 de la autovía IV, para regresar por la vía de servicio hasta casa. En cuanto al ritmo, fue alegre durante los primeros 12 kilómetros y desde la gasolinera hice una especie de interval con tres cambios largos de ritmo de aproximadamente unos 8 minutos cada uno. Se puede decir que hice 3*2000 recuperando al trote. Los últimos 2,5 kilómetros los hice una pizca más suaves y sin cambios. Al final 20.600 metros y buenas sensaciones. Además, no llevé ni reloj y simplemente me moví por sensaciones. Os podéis preguntar cómo demonios medí los dos miles, pues es sencillo, conté zancadas, de forma que iba rápido durante 1000 zancadas y aflojaba durante 300, otras 1000, otras 300 y por último otras 1000; rudimentario pero efectivo.

Hoy habrá que salir a terminar la faena que comencé el sábado pasado y conseguir acumular los 108 kilómetros planificados en la semana más dura de entrenos desde hace mucho tiempo.

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