RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 1 de diciembre de 2012

SÁBADO 1: MOVIENDO LAS PIERNAS Y BUSCANDO MOLESTIAS

Salí con el sol a rodar un poquitín; me fui a la falda del Angel y regresé por vía de servicio, hasta el Gobernador y de ahí a casa por la Avenida de las Tinajas. Me salieron 27 minutos en los que fui más pendiente de notar cosas en mi rodilla que otra cosa. La rodilla me dijo que no estaba bien, que tenía algo raro, pero yo seguí esperanzado en que la cosa no fuera a mayores. Al llegar a casa estiré todo lo mejor que puede la banda iliotibial, tal y como he visto en los videos en la red, me eché Radio Salil, me masajeé y no sentí en reposo tantas molestias como el día anterior. Al cabo de una hora ya no me dolía nada, ni estirando, ni flexionando, ni girando. Después empleé casi dos horas en depilarme. El caso es que mañana hará un frío considerable y casi merece llevar mallas.

Véamos qué pasa, estoy impaciente por saberlo.

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