Me levanté con el pelo revuelto y decidí no quitarme el gorro en toda la mañana, por ello disculpas si estoy raro.
La salida fue más amogollonada que de costumbre. No en vano eramos más de un millar de corredores, lo que es todo un récord. Daba gusto correr entre tanto ilusionado runner, a pesar del frio.
En el paso por la primera vuelta, kilómetro 4,65, todo iba "viento en popa"; la foto está echada a lo lejos y además, tampoco se me esperaba a ese ritmo lo que hacía más difícil decir eso de, "Ahí va Javier Ayuso".
Por si tampoco me habíais reconocido vosotros, yo soy el de los manguitos y el gorro; ahora sí, se me vé más cerca:
Por detrás es más difícil aún conocerme. Bueno, mi mujer sí, ella conoce bien mi famélico trasero:
Mi mujer se aburría así que echó una foto a la meta, para ir encuadrando mi llegada:
Eso sí, comenzaron a llegar algunos atletas, y ella estaba dispuesta. Como iba de fosforito y con el gorrín, hoy lo tenía más fácil:
Ahi estaba yo, acababa de cruzar la meta. No se me distingue la cara de incredulidad tras ver el crono oficial. Después miré el Garmin, y éste tampoco mentía:
En esta foto lo que no sé si se capta bien es mi ganas de saltar y gritar. Estoy a punto de liarme a hacer varios esprines. ¡Ah!, soy el que se ve en el centro de la colchoneta:
En esta se me ve estirando la dichosa cintilla iliotibial, que por cierto hoy fue mi amiga. Fijaros en mi cara; bueno, no se ve, ya os digo que estaba rebosante de felicidad:
A esta la titulo "satisfacción":
Y para finalizar, nos fuimos a las Tablas de Daimiel, comimos genial y me dió tiempo a estirar, con la colaboración de mi niña:
Espero que os haya gustado.
¡Enhorabuena! Si es que hay de darle tiempo al tiempo. En nuestro blog tienes una foto para el recuerdo. ¡Nos vemos!
ResponderEliminarMuchas gracias. ¡Es que soy muy impaciente!
ResponderEliminar