RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

LUNES 26: DE NUEVO EL FOQUILLO Y LOS CAMINOS

El lunes por la noche, después de ir de compras, es decir, a las tantas, salí todo equipado a hacer algo menos de una hora por los caminos. No estaba muy motivado porque estaba cansado de todo el día, pero es lo que toca. Al salir de la población, dirección al Peral, me dí cuenta de que no iba a necesitar llevar encendido el foco, porque la luna casi llena se reflejaba en las nubes, y éstas iluminaban la superficie viéndose todo muy bien. Camino del Peral desvié a la izquierda para coger, tras cruzar la carretera, el camino que lleva a su vez al camino de la vega de dicho paraje, y una vez que me topé con el mismo regresé hacia el pueblo en lugar de ir a la vega. El ritmo era constante y no era malo, pero sentía ciertas molestias, quizá por el frio, y no acabé de ir cómodo del todo. En cualquier caso, no salió mal entreno, realizando algo menos de 55 minutos y aproximadamente 10,65 kilómetros.

Al llegar a casa estiré todo lo mejor que pude.

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