RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

DOMINGO 25: 54´DE TROTE A RITMO MEDIO-ALTO

Madrugué el domingo con la idea de hacer una hora de trote suave, me dispuse a hacer la circunvalación y comoquiera que me sentía cómodo fue aumentando el ritmo. En seguida me dí cuenta que de suave iba a haber poco. El problema surgió a partir de la media hora, ya que una parte concreta de mi cuadricep derecho comenzó a molestarme con un dolor similar al de un cardenal. No era un dolor punzante por lo que entendía que no era grave y por ello seguí corriendo. Llegué al parque cuando llevaba unos 45 minutos y me puse a estirar bien, decidiendo no hacer series de gradas para no forzar el músculo. Me fui descalentando a casa para hacer otro 9 minutillos más con la molestia que por momentos pasó a ser dolor.

Sin duda son las pequeñas secuelas de la maratón y de los días siguientes a la misma, en los que no he parado.

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