RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 26 de agosto de 2012

SÁBADO 25: TIRADA DE 25,5 KILÓMETROS

Comencé ayer la tercera semana del plan específico, con una nueva tirada, ésta algo más exigente, ya que incrementaba la distancia en 1,5 kilómetros, que no el ritmo. Consistía en un circuito de 12,7 kilómetros, con bastante repechos, y que pretendía hacer suave en la primera vuelta y algo más alegre en la segunda. Así fue, la primera vuelta estuvo marcada por la imposibilidad de coger ritmo, debido al calor y al entreno de unas horas antes en el parque. Había repechos, daba el viento en la espalda y hasta que no dió de frente no refrigeré el motor. Llegué bien a casa, donde avituallé con dos botellitas de zumo, un plátano y me refresqué un poco en la piscina, estiré y salí pitando. Había hecho una media de 4´57´´ el kilómetro, según lo previsto. La segunda fue más alegre desde el principio pero se hicieron bastante duros los primeros 6,5 kilómetros debido, de nuevo a los repechos, al calor y a la dirección del viento. Pasó lo mismo que en la primera vuelta, de forma que los 6 kilómetros siguientes fueron mucho mejores. Finalmente, y sin grandes esfuerzos, pero algo cargado de piernas, marqué un ritmo de 4´40´´, también según lo previsto. A estirar en la piscina y listo.

Como anécdota, en la segunda vuelta me equivoqué en una de las calles e hice 150 metros de más, pero es sólo una anécdota. El circuito era totalmente nuevo para mi y pasaba por el tanatorio viejo, por un camino asfaltado que discurre entre la carretera de Infantes y la de San Carlos dirección noreste y volviendo por el camino asfaltado que pasa por las canteras y que acaba cortando a la carretera de San Carlos a la altura del cementerio, para desde allí volver a casa.


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