RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 4 de diciembre de 2011

RECORD DE DISTANCIA EL SÁBADO: CASI 26 KMS

El sábado no tuve que madrugar mucho ya que mi mujer no tenía que trabajar y se podía quedar con los niños. A eso de las 09:10 salí de casa, no sin antes preparar 125 cl de bebida isotónica, una mandarina pelada y un pequeño plátano pelado y dejar todo en el resquicio que queda debajo de la puerta de la fachada de mi casa. La idea era dar dos vueltas a un circuito y recoger todo al paso de la primera. La primera vuelta discurría, como casí siempre últimamente, por los cerros de detras del Angel para luego coger un camino hasta llegar al camino del Peral, atravesando previamente la carretera de La Solana, volvía por el camino mencionado hasta llegar a casa y luego iniciaba el recorrido, pero esta vez iba hacia el parque Cervantes, cogía la vía de servicio de la A4 sentido Madrid, pasaba por la falda de el Angel y volvía a repetir el recorrido de la primera vuelta; en total salen 25.750 metros, distribuidos en unos 12.100 en la primera y 13.650 en la segunda. Pues bien, iba bastante abrigado porque hacía frio y sobre todo un desagradable viento del Norte que hacía más difícil la aventura. Desde el comienzo me sentía como falto de fuerzas, máxime si tenemos en cuenta que llevé la brisa de cara los primeros 3 kilómetros y pico. Cuando dejé el viento de cara las sensaciones fueron mejorando, y cuando en la última parte de la primera vuelta se quedó a la espalda iba ya mucho más cómodo. La primera vuelta la pasé en 1 hora y 2 minutos, pare unos segundo para beberme la bebida isotónica y me eché el plátano y la mandarina, los cuales me fui comiendo sobre la marcha durante el siguiente kilómetro. El problema de comer sólido es que cuesta compaginar respiración y masticado y es algo incómodo, pero comprobé en los kilómetros siguientes como no me afectó al sistema digestivo. La comida no me hizo efecto hasta el kilómetro 15 aproximadamente, justo cuando volvía a tener el viento de cara e iba por la A4 a punto de llegar a la falda del Angel. Cuando viré al Este y dejé el viento a un costado, todo comenzó a rodar mejor de nuevo, y no sentía muchas molestias. Sin embargo, unos tres kilómetros después, aproximadamente en el 19 me sentí regular, con pesadez de piernas. El caso es que cuando volvía a virar e iba sentido Sur, entre la cuesta abajo y el viento a la espalda, todo volvió a mejorar y me recuperé bastante. Los últimos 4 kilómetros no se hicieron duros y los llevé bien, parando el crono en 2 horas 11 minutos, lo que mostraba un mantenimiento del ritmo durante toda la experiencia a poco más de 5 minutos el kilómetro. Si hubiese perpetuado ese ritmo en una maratón hubiera podido bajar de las 3 horas 40, haciendo aproximadamente 3 horas 37.

Ahora la cuestiones que me planteo son varias:
  1. ¿Podría haber aguantado ese ritmo otros 16 kilómetros?
  2. Tratándose de un entrenamiento, ¿no será mucho mejor mi rendimiento en la maratón?
  3. Quedando aún 6 meses, ¿no tengo suficiente margen de mejora?. Todavía no estoy en la fase de rodaje de kilómetros previa a la maratón.
Tengo motivos para pensar que la maratón puede salir bien. Tan sólo hay que tener paciencia.

Hoy después del tute de ayer, estoy bien, no tengo molestias apenas. Ayer tampoco lo pasé mal y siento que cada vez asimila mejor mi cuerpo la acumulación de kilómetros.

Por cierto, terminé la semana anterior con un total de 71 kilómetros acumulados, que también es record personal. Tengo que terminar haciendo en torno unos 100 kilómetros semanales durante las semanas previas a la maratón.

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