RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

SÁBADO A ASALTAR LOS 23 KMS

El viernes por la noche me preparé un circuito de 23 kms, la mayoría por caminos y me dispuse a levantarme temprano para realizarlo, pero por la mañana estaba tan cansado que me levanté a eso de las 08:45. Mi mujer se iba a trabajar y yo no podía dejar a los niños solos, por lo que decidí hacerlo por la tarde, después de comer, pese a la mala experiencia que había tenido dos semanas atrás con el corte de digestión. Así que a eso de las 16:45 me fui por la via de servicio de la A4 sentido Madrid, hasta llegar a la gasoliner Shell, cogí el camino que me llevaba desde la misma a la carretera de La Solana, yendo en todo momento más o menos suelto y más o menos ligero digestivamente hablando. El ritmo marcado era de 5:15 aproximadamente. Al llegar a la carretera de La Solana, continué por el camino que pasa por la parte alta del Peral y atravesé éste sentido a Las Aguas, luego bajé, precisamente, hacia este paraje, fui por la carretera unos 300 metros para luego coger de nuevo el camino que me regresaba al Peral. Por aquí, las sensaciones no eran tan buenas, ya que iba cargado de más. Después volví a coger otro camino que me llevaba derecho al camino del Peral, cerca con el corte del mismo con la carretera de La Solana y regresé a casa. Los últimos kilómetros se hicieron algo pesados, máxime partiendo del hecho de que se había puesto la noche cerrada. Cuando llegué a mi destino comprobé como me pesaban las piernas y estaba cansado de más. Tiempo total: 2 horas exactas.

El resto del sábado lo pasé con molestias, pesadez de piernas y cansancio. Decidí no correr el domingo

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