RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 23 de agosto de 2011

EL FARTLEK DEL MARTES

Ayer descansé, y hoy tocaba fartlek, o algo parecido. Consistía en 15 minutos de trote suave, saliendo de casa por un camino que discurre entre el camino del ratón y el camino de la membrilla, hasta llegar a este último, seguir por él y desviar a la izquiera por otro que rodea los cerros de detrás de "el Ángel". A los 15 minutos tocaba ir a ritmo rápido durante 5 minutos (más o menos a 3` 55``). Luego alternar con 5 minutos suaves, y después, de nuevo 5`fuertes y así. Al terminar el camino que bordea los cerros y va a la vía de servicio de la autovía A4, ya había hecho dos cambios de ritmo (de hecho estaba haciendo el segundo). Me ha tocado subir la cuesta de la vía de servicio a tope y me encontraba muy bien, pero que muy bien. Al llegar al pie del Ángel he comenzado el tercer y último cambio, a tope y con unas sensaciones muy buenas. He llegado a la altura del Lidl concluyendo el cambio y el resto ha sido suave, o relativamente suave.

Sensaciones: las mejores desde que tengo memoria. Ójala siga yendo todo tan bien. Esta tarde tenía ganas de volver a salir, y eso indica que me encuentro bien.

Mañana, salida con mi mujer y esta noche, probablemente me inscriba en la Maratón de Estocolmo.

Bye

No hay comentarios :

Publicar un comentario