RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 31 de enero de 2018

DOMINGO 28: DOBLE SESIÓN COINCIDIENDO CON LA MEDIA MARATÓN DE SEVILLA

El día se presentaba denso y así fue. Madrugamos y fuimos Eusebio, Merche y yo hasta la Cartuja. Merche apenas calentó y a las 09:00 horas daban la salida en una fría mañana de invierno sevillano. Tras despedirme de Eusebio me fuí andando al punto kilómetrico 7, al lado del Puente de la Barqueta. Cuando ví pasar a los dos marroquís que iban primeros me quedé alucinado y con dolor de piernas (incapaz de ir a ese ritmo ni 400 metros). Tras ellos apenas nadie, hasta que 3 minutos después comenzaron a aparecer los pereseguidores, pocos al principio hasta convertirse en una densa tropa de corredores. Merche pasó apenas un minuto por delante del globo de la hora y 50 minutos. Hay que recordar que su tiempo en media era de 1 hora y 51 minutos conseguida en septiembre del año pasado en Torralba, por lo que la idea es que fuese un poco por delante de esa referencia. Justo unos metros antes pasaba Lola Mora, del Pozo Norte, corredora que exhibe un nivel muy similar al de mi mujer.

Tras esto fui andando y sin prisa al Estadio, que estaba a buen trecho, al menos 3 kilómetros. Cuando llegue a las inmediaciones del mismo, estaban terminando la media el tercer clasificado. Me fui a ver la meta y finalmente regresé a la entrada del estadio, donde decidí que iba a ver llegar a Merche. Así estuve viendo una gran marea de corredores, hasta que tras una espera de bastante minutos me saludó Jero, de Marchena; sabía que Merche iba cerca, y así fue, apenas un minuto después llegaba mi mujer que iba emparejada con Lola Herrera. Fui corriendo al estadio, al cual se accede, para el público, por la parte de atrás y no me dio tiempo a verle cruzar el arco. Tras esto hubo que esperar un largo rato, hasta que por fin me reuní con mi mujer en el parking, donde estaba aparcado el coche. La buena noticia la que ya sabía: había bajado su marca considerablemente: de 1 hora 51 minutos 4 segundos a 1 hora 48 minutos 20 segundos, casi 3 minutos, ¡ahí es nada!. Por tanto, la buena racha de Merche parece que tiende a continuar en este 2018.

Tras esto regresamos a Linares, y llegamos justo a la hora de la comida. Merche no tenía apenas molestias, más allá de una extraña ampolla en su pie. A eso de las 16 30 horas regresábamos a Valdepeñas y aún se estiró la tarde para salir a correr, así que me calcé las zapas y me fui a hacer el circuito de los olivos, de algo menos de 10 kilómetros, suave y sin ganas, hasta que me encontré a Raúl Fernández, lo cual fue una buena noticia para mi pero una pésima noticia para mis piernas, porque me acompañó a terminar el circuito a un ritmo demasiado exigente para ese día y en general para mi estado de forma, corriendo a tiempos cercanos a 4´un poco más y hecho la comida.

Pero no la eché y las piernas se puede decir que respondieron. De esta forma conseguimos cumplir en un fin de semana clave para ella y transitorio para mi. Ella consiguió lo que buscaba y yo pude correr y también andar, que lo computo, hasta completar 16,5 kilómetros.



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