Voy viendo la luz de nuevo, siento que me vuelvo a levantar tras otra caída. El buen entreno del lunes me hizo pensar que podría realizar una buena semana de entrenos que pivotase entre el Corretrail de Corral de Calatrava (casi 28 kilómetros y unos +800 de desnivel positivo) y el IV Reto Víctor Araque de Jamilena (otros casi 28 kilómetros pero con casi +1500 de desnivel positivo). Volumen de carga considerable teniendo en cuenta el mes de febrero y marzo que traía, pero si los isquios me dejan seguro que podré hacerlo.
La idea que se cuece es poder correr en Jamilena por mi cuenta, sin ir de liebre de Merche y comprobar qué tal. Si no hay incidencias reseñables tocaría un mes de abril preparatorio para correr el Ultratrail de los Castillos de 61 kilómetros, o bien solo o bien acompañando a mi mujer. Nuevos retos en el horizonte.
En esa tesitura salí a correr el martes, pero desde la primeras zancadas me sentí cansado y cargado a partes iguales, aunque sin molestias en mi pierna izquierda, que es lo importante. Conforme avanzó la sesión me fui encontrando algo mejor y en la segunda parte, bajando por el camino que lleva a la Carretera de San Carlos del Valle metí dos velocidades más y probé mis isquios (notable alto). El regreso me dejó mejor sabor de boca y pude sumar 10 kilómetros más.
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