RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 1 de noviembre de 2016

MARTES 1: LLEGA NOVIEMBRE. ¡POR FIN!

Estaba marcado tanto tiempo en el calendario que ha causado ansiedad en un montón de ocasiones el hecho de ver que se hacía eterna la espera. Pero ya ha llegado, y además sentimos que hemos hecho nuestros deberes, así que ya sólo es cuestión de horas, unas pocas más y estaremos en marcha.

Aprovechando el soleado festivo tocó salir a correr un poquitín esta mañana. Ya no se trata de entrenar para conseguir algo, era simplemente una sesión para mover las piernas, para no forzar, simplemente dejarse llevar. Y el comienzo fue el deseado: Mercedes no tenía molestias en su tibial, lo cual es importante para ella a la hora de coger confianza para lo del sábado. El entreno en sí no tuvo mucho que contar: corriendo a ritmo suave, al comienzo se sentía muy "vaga", algo muy normal ya que su mente está preparada para el reto y no quiere que sus piernas malgasten fuerzas. Pero en algún momento le tuve que atar corto para que no aumentara el ritmo, porque no se trataba de intensidad, simplemente de salir a rodar suavito.

Casi 10 kilómetros en 1 hora y 4 minutos y con las maletas prácticamente hechas para lo que está por llegar.





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