RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

jueves, 17 de noviembre de 2016

JUEVES 17: EL CASTILLO SE DERRUMBA UN POCO PERO HAY QUE SALVAR LA SEMANA

El miércoles decidí darme descanso, más moral que físico, porque la autoestima estaba en un estado peligroso y estaba provocando que la motivación se fuera de vacaciones. Además me pasé toda la tarde estornudando y con dolor de cabeza (me había resfriado). Así que sin apenas sentimiento de culpa me tomé un break.

Sin embargo hoy no he podido perdonarme el entreno. Me he llevado la bolsa al trabajo y he corrido al mediodía. Me ha costado un poco al principio porque había comido una hora antes y he notado malestar. Sin embargo iba bien de piernas lo que me ha permitido volver a coger (al igual que el lunes) un buen ritmo de manera constante. Me he hecho un circuito de 10,5 kilómetros, y he quedado satisfecho, aunque he terminado algo cargado.

Si entreno mañana, algo que haré, podría medio salvar una semana en la que tengo una lucha interna con mi moral. A ver si me salieran 70 kilómetros


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