RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 28 de octubre de 2016

MIÉRCOLES 26: PREPARANDO MI CABEZA Y MIS PIERNAS PARA LA MARATÓN DE CASTELLÓN

El pasado miércoles tocaba correr solo, Mercedes descansaba, y aunque estamos en pleno periodo de "bajada de pistón" para mi no es del todo así, porque aunque de aquí a poco más de una semana tengamos que correr 73 exigentes kilómetros juntos, a decir verdad lo que me preocupa es la Maratón de Castellón de febrero y el poco tiempo que me queda para poner a punto los engranajes de esta vieja maquinaria. Por ello había que aprovechar que podía trabajar ritmos más intensos y eso hice, o al menos lo intenté...

Tomé el Camino de Membrilla para realizar un circuito de algo más de 11 kilómetros. Una vez hube calentado tuve que comenzar con los cambios de ritmo de 2´fuertes y como no me veía muy bien de fuerzas, aunque no arrastraba molestia alguna, decidí hacerlo con más suavidad de la prevista. No fue fluyendo el entreno del todo bien, pero al menos como decía, no había dolores, ni pinchazos, ni músculos quejándose, tan sólo cansancio acumulado y un físico muy antiguo que envuelve a una mente que desea poner en "a tono". Conforme fue avanzando la sesión, y sobre todo ya a la vuelta, los cambios fueron yendo a más y pude finalizar este miércoles con las sensaciones positivas suficientes como para quedar satisfecho, satisfecho moderadamente.

Estoy listo para correr con Merche allá por Doñana, de hecho estoy deseando que pasen los días y que nos veamos ya en la línea de salida. Pero quiero estar listo también para correr una maratón de esas de "exprimirme". Sería estupendo recuperar viejos momentos y por ello tendré que luchar estas semanas. Por lo pronto siento que hay avances.

 


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