RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

jueves, 18 de agosto de 2016

MIÉRCOLES 17: TRATANDO DE HACER INTERVAL Y BUSCANDO PERSPECTIVA

Pensé que había llegado el momento de realizar una sesión de mayor intensidad. Con mi cintura a pleno rendimiento, pero no en el óptimo de forma ni mucho menos, tengo claro que llega la hora de introducir intensidad si quiero ir progresando para poder afrontar a finales de año un buen plan para la Maratón de Castellón de febrero. Así que lo que pude vivir fue la constatación de que bien bien no estoy, y de que el camino por recorrer va a ser largo, aunque espero que ya sea sin más lesiones. Cogí el Carril del Yeso hasta el kilómetro 5 para luego girar a la izquierda  tomando el camino que me deriva en el Camino de Membrilla. Cada 2 minutos y medio realizaba un cambio de ritmo tratando de ir rápido durante otros 2 minutos y medio, pero las sensaciones no eran buenas del todo. Curiosamente el cambio lento era más rápido de lo que necesitaba pero de esta forma compensaba la falta de ritmo. La vuelta la cosa fue a peor y me sentí bastante cargado por lo que a tres kilómetros y medio de casa suspendí los cambios y ya fui a un ritmo intermedio pero constante. Lo peor fueron las sensaciones de mi pierna derecha, que no iba nada suelta, y es que ha sido imposible conseguir que la musculatura se recuperara del esfuerzo del sábado. En cualquier caso otros 11 kilómetros y medio que hacen que sume 56 kilómetros cuando aún me quedan dos sesiones para terminar la semana.


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