RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 24 de agosto de 2016

DOMINGO 21: TIRADA LARGA E INESPERADA EN LINARES

El sábado fue un muy mal día. El viernes por la noche había previsto realizar en solitario una tirada bien larga por la Sierra del Moral de Calatrava, sin embargo, cuando fui a descargarla no había manera; y es que wikiloc no me lo permitía. Me ofusqué hasta tal tan punto que acabé a eso de las 2 de la mañana tras varios intentos de descargas de pluggins, programas, etc, sin dar con la solución del problema. A esas horas ya sabía que no iba a llevar a cabo mi tirada madrugadora. Pero peor fue cuando me levanté sin ganas de correr. Me volví a subir al ordenador para tratar de resolver el problema hasta que volví a desistir. Tras comer nos fuimos a Linares y la verdad es que el sentimiento de culpa era demasiado grande como para no pensar en realizar la tirada el domingo en la ciudad de mi mujer. El caso es que Merche me dijo que si no iba a ser demasiado larga ella se apuntaba (las tiradas macrolargas las hemos pospuesto para septiembre). Pero como no pude conseguir descargar la ruta en mi Garmin tampoco en Linares, propuse una tirada de distancia incierta que recorría zonas que ya conocía: Linares, urbanizaciones lindantes a las Garzas, carreterín hacia el Pantano de las Fernandinas, vuelta por El Cotillo, Invernaderos, Cerro de los Mancebos, Fundición de La Cruz y finalmente Linares. El caso es que Merche puso el despertador a eso de las 07:30 pero amanecimos más tarde de las 9. Por tanto salíamos con un considerable calor a eso de las 09:45 horas. Le dije que la sesión iba a consistir en entrenar el "sufrimiento". Y así fue, mucho calor desde el principio, y menos mal que Mercedes iba exenta de llevar su mochila, aunque eso supusiera llevar tan sólo litro y medio entre agua e isotónica en la mía. Fuimos avanzando sin descansos y a un ritmo vivo (se notaba que mi mujer no iba cargada). Y aunque yo no iba bebiendo, tampoco lo iba pasando muy mal. Llegamos al cruce del pantano, kilómetro 13 y medio y cogimos el camino de vuelta, cruzando los dedos para que no nos perdiéramos, y a punto estuvo de ocurrirnos eso cuando llegamos al primer cruce. Saqué mi móvil entré en la wikiloc y revisé otra ruta similar dándome cuenta de que había que girar. Habíamos perdido 8 minutos que hicieron bajar la media, pero daba igual, porque las paradas formarán parte de nuestra experiencia en el Doñana Trail. Avanzamos con algunas dudas entre los cruces, pero fuimos descubriendo que el itinerario seguido era el bueno. Llegamos a los invernaderos con buen ritmo y cogimos dirección hacia el Cerro de los Mancebos a un ritmo medio de 06´50´´, pero quedaba subir a las antenas. Parecía el desierto y ya íbamos medio deshidratados, pero Mercedes lo hizo genial casi sin andar. Ya en lo alto cogimos otra vez ritmo hasta llegar a la Fundición de la Cruz, donde estaba esperanzado en encontrar alguna casa con la puerta abierta para así pedir agua, pero esto no fue posible. Regresamos por el camino de la Virgen, donde Merche agotó las reservas de agua y de isotónica y pese a estar cruzando el "Mojave" hicimos algunos kilómetros por debajo claramente de 6´. Llegamos al Paseo de Linarejos, donde justo enfrente de la ermita había una fabulosa fuente de agua fresca donde echamos el resto. Los últimos dos kilómetros y medio fueron más llevaderos y pudimos completar la aventura de 28 kilómetros justos en 3 horas y 15 minutos, con paradas incluidas, a una media de 7´00 el kilómetro. Buena experiencia, sin duda.


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