Tras un jueves en el que decidí perdonarme otra sesión atropellada al mediodía como la del miércoles, es decir, que descansé, me ví el viernes con la tarde libre desde las 19:30 horas. No tenía excusa, y además también contaba con la oportunidad de cerrar por fin una semana con una cantidad de kilómetros digna, que no adecuada para lo que quiero, 70. Para ello, aprovechando el solecito, me calcé las zapas y me fui por la Carretera de San Carlos del Valle al Paraje de las Aguas; de ahí fui al Peral para regresar a casa. Como había decidido no medirme el tiempo no pude saber a cuánto fui en la segunda parte de la sesión. He de decir que muscularmente me encontré mejor y que pude meter un poco de ritmo, hasta el punto de terminar contento con el entreno. Fueron 14 kilómetros bien empleados, algo que no viene ocurriendo con frecuencia últimamente.
Y así fue como me pude ir a dormir con la confortante sensación de que había conseguido hacer mis deberes en otra semana dura.
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