Había que conseguir doblegar a la comodidad. Me volví a echar la bolsa de deporte, volví a comer en muy pocos minutos delante de mi ordenador y aunque ya tenía en mi haber 67 kilómetros acumulados, había que volver a salir. Me lo tomé en esta ocasión con más calma y desde las primeras zancadas sentí que iba menos cargado de lo que últimamente acostumbro. También hacia menos calor que el miércoles, así que al final no fue EL LEÓN TAN FIERO COMO LO PINTAN. Incluso podría decirse que llegué a disfrutar por momentos en algún instante. Me salieron unos 10,5 kilómetros bastante lineales, eso sí, pero muy satisfecho tras sentir que al menos en esta semana mi volunta había doblegado a mis miedos, mis comodidades y mi falta de tiempo.
RELATOS
Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.
viernes, 29 de abril de 2016
JUEVES 28: HABÍA QUE REPETIR ENTRENO A LA HORA DE COMER
Publicado por
JAVIER AYUSO
en
15:19

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Etiquetas:
ENTRENAMIENTOS
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