RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 5 de febrero de 2016

MIÉRCOLES 3: CASTIGADO A SUBIR UNA Y OTRA VEZ EL CERRO DEL ÁNGEL

Malos son mis miércoles, tras el tute de los lunes y la salida con mi mujer de los martes, sé que toca apretar de nuevo. En esta ocasión decidí realizar cuestas en el Cerro del Ángel, así que fui calentando hacia allá con algún déficit de soltura y motivación, pero no todos los días iban a salir tan buenos como el lunes pasado. Comencé a subir por el carreterín hasta que me topé con el camino empinado; ante mi 200 metros a una media de pendiente del 15%, siempre desagradable de subir en frío. Así que manos a la obra, poco a poco y a ritmo llego arriba y desde ahí bajo por el carreterín hasta el punto de inicio del camino nuevamente. Lo que iban a ser un par de subidillas se convirtió en un total de 5 series, y cada vez fui a más, con mejores sensaciones. Tras esto tocó ir a casa por el Camino del 8 de Septiembre, a buen ritmo, porque es difícil no bajar rápido por ahí. Otros 10 kilómetros, en esta ocasión la cintura me volvió a responder y lo que hace un par de meses era: 7 entrenos malos y uno regular ahora la proporción es uno regular cada 3 buenos y entre medias alguno muy bueno.



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