RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 15 de febrero de 2016

JUEVES 11: CUESTAS A CAMPO A TRAVÉS CON MERCEDES

El rulo fue "mano de santo" y lo que hubiera parecido que se trataba de una desagradable reaparición de una antigua y cruel lesión resultó ser un conato que quedó en simple molestia de unas horas. Así que el jueves justo cuando me disponía a salir a correr mi mujer me dijo que se iba conmigo, que tenía que entrenar por el martes anterior en el que no había salido por no encontrarse bien. Tenía pensado hacer cuestas para mi así que no cambié la sesión y nos fuimos a calentar bien por los alrededores del Cerro del Ángel para luego subir campo a través. Mercedes me sorprendió en la primera subida por el camino que está orientado al sur, 700 metros con una pendiente media de casi el 10%. Al llegar al carreterín en lo alto bajamos hasta la mitad de la subida, dimos media vuelta y volvimos a ascender, comprobando como mi mujer iba incluso mejor que en el primer intento. Bajamos por el carreterín hasta la falda y de ahí por el camino asfaltado a casa, con buenas sensaciones. Al final 9,7 kilómetros con los que dábamos fin a una semana que en mi caso ha sido prácticamente sabática con un total de 55 kilómetros repartidos en cinco sesiones, y algo menos de 40 kilómetros para Merche.


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