RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 20 de enero de 2016

LUNES 18: MERCHE TIENE UNA MALA SESIÓN DE ENTRENOS

El lunes tocaba salir con mi mujer. De noche y bien abrigados aunque bien es cierto es que no hacía tanto frío, nos fuimos dando un rodeo por la falda del Cerro del Ángel, hacia el Parque Cervantes, muy suavito, sin prisas. Merche se quejó en un par de ocasiones de dolor de piernas pero no le dí la menor importancia. Una vez en el parque tocaba dar cuatro vueltas con cambio de ritmo de unos 500 metros incluído, pero se truncó un poco el plan porque a pesar de ir a buen ritmo Merche no se sentía cómoda durante el esfuerzo, de hecho en la tercera serie puso mala cara y tuvo que aflojar un poco, así que decidí no realizar la cuarta e irnos para casa. El regreso no fue muy agradable porque a Mercedes le deban pinchazos en la zona del glúteo y la cadera, pero al final pudimos llegar a casa y estirar. Luego caí en la cuenta que lo que mi mujer tenía, con toda probabilidad, era sobrecarga de las pesas que había hecho el día anterior. Nos salieron 10 kilómetros, que en mi caso fueron plácidos, no tanto en el caso de Mercedes.


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