RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 9 de diciembre de 2015

MARATÓN DE MÁLAGA 2015: DE MERCEDES Y OTRAS CASUALIDADES



La Maratón de Málaga de 2013: "De Mauricio y otras emociones"

Así titulé la entrada en mi blog que narraba lo ocurrido en aquella maratón. ¡Altas expectativas mayor probabilidad de desastre!, ¿por qué digo esto?.. llegaba de atravesar un vergel pero un principio de lesión pondría mi ego bien en su sitio de forma que la realidad me dio una bofetada y me quedé con los isquios deshechos en el kilómetro 12. El caso es que tirando no sé si de valentía o de insensatez decidí terminarla... Ver como te adelantan 1500 corredores enseña mucho y también ayuda a dejar la soberbia a un lado y vivir una maratón desde su esencia, con todos los sentidos despiertos  y el único reto de llegar a meta ganándole la partida al dolor y a la impotencia. La sorpresa me esperaba en el kilómetro 30...Mauricio iba más despacio que yo y mostraba muy mala cara; estaba a punto de suceder algo que marcaría para mi un antes y un después...El hecho de que le acompañase hasta el final a buen seguro que fue un calvario para él porque tuvo que aguantar mis sermones y arengas cuando lo que más le pedía su cuerpo era detenerse y retirarse. Entre trotes lentos, estiramientos y paseos fuimos avanzando hasta atravesar el arco de meta juntos parando el crono en 4 horas 12 minutos, 1 hora y 14 minutos más que mi marca de Roma de unos meses antes, pero la experiencia se había quedado grabada para siempre y casí sin quererlo me había echado en la mochila un buen amigo al que, por cierto,  no había vuelto a ver hasta ayer.





La casualidad de conocer a Mercedes

Si conocer a Mauricio fue fruto de la casualidad, también lo fue lo de mi mujer. En febrero habrá llovido por 15 cortos años desde aquella noche de domingo cuando ella en Linares y yo en Valdepeñas nos metíamos en un uno de esos chats que comenzaban a proliferar en un incipiente internet. Metidos en una sala en la que ninguno de los dos solíamos entrar, aburridos por falta de conversación, pero justo en el instante en el que me iba a desconectar, decidido a no volver jamás a chat tan insulso, se abre un mensajito en el que ella  me pregunta por lo bueno de los vinos de Valdepeñas. Muchos nos hemos tomado juntos desde entonces y ya sabe que no le mentí sobre sus bondades. No nos hemos separado nunca y fruto de aquel encuentro casual viene todo lo demás: dos niños, dos periquitos latosos, y muchos kilómetros por detrás y los que aún tenemos que hacer juntos

Lo imposible hecho realidad

Que yo comenzase a correr nuevamente cumplidos los 40 era algo posible, aunque poco probable. Imposible es que los dos seamos hoy maratonianos; hace apenas unas decenas de meses que se le había pasado por la cabeza una tarde calzarse sus zapatillas de tenis y tratar de completar una lenta y sufrida vuelta al parque. Ella no sabía que acababa de abrir la caja de Pandora. Los números a veces muestran extraños caminos: hace 3 años yo corrí mis primeros 42 kilómetros el año que cumplía los 42 y en 2015 mi mujer ha corrido su primera maratón también con sus 42 añitos recién cumplidos, ¡y eso ha ocurrido sin planificarlo!.

Málaga y la mariposa que vuela

El vuelo de una mariposa allá en el otro lado del globo acabará afectándote de una manera u otra, tarde o temprano. ¿puede explicar la mariposita el chat aburrido, Mauricio en Arroyo de la Miel, mi exceso de peso y mi afán por desperezarme del sofá, sus zapatillas de tenis? . Al final va a ser que conocemos a Mauricio y hemos vivido esta Maratón de Málaga gracias al vuelo desinhibido de una mariposa llena de colores. Como no todo va a ser casualidad decidimos planificar Málaga con esmero: ella correría su segunda maratón y lo haría sola, en esta ocasión yo no sería su fiel escudero; por mi parte me enfrentaría a mis miedos y trataría de filmar una secuela de aquella primera película de 2013 rodada en Málaga, y en esta ocasión pretendía que no fuera una peli de aventuras y sí de acción, se trataría de correrla a todo lo que dieran mis piernas. 

No tires cuentas que luego no salen

Famoso dicho el de mi madre al que nunca he dado mucho crédito tan planificador como soy yo, pero he de reconocer que se cumple en demasiadas ocasiones. La pubalgia se instaló en mi cintura y tuvimos que unir sendos retos y dejarlos en uno solo, y ya puestos nos inventamos un aliciente extra: "Merche te entreno durante 3 meses para ver si bajamos los dos juntos del 4:12 que hice con Mauricio". Dicho y hecho: buen plan, menos accidentado que el de Helsinki, menos calor, ¡pero ahí el frío!, y justo cuando se acerca el día D, vuelve a resonar la voz de mi madre con su "no tires cuentas que..." y va y se me lesiona. Debió ser una mariposa de colores increibles en sus alas que trajo la desgracia cuando chocando contra una de las ventanas de la fábrica de New Balance encandiló a aquella operaria vietnamita, así ocurrió que pensando en tan bello ejemplar se abstrajo demasiado cuando estaba cortando la suela de la zapatilla derecha de mi mujer, no lo hizo de la forma exacta y eso provocó un desajuste que a su vez ha provocado que tras un número considerable de kilómetros de desgaste por uso los dos grados de desviación hayan derivado en la sobrecarga de la fascia lata de mi querida mujer. 

Mercedes no es Zatopek, ni tan siquiera se le parece pero....

Había leído mientras investigaba sobre los beneficios del tapering (periodo final de bajada de intensidad de cara al gran evento) que el bueno de Emily Zatopek era famoso por su régimen de vida espartano y por los durísimos entrenos que se autoexigía. Parece ser que en 1950 cuando se preparaba para los Europeos, sufrió una infección dos semanas justo antes del inicio lo cual le obligó a hospitalizarse y guardar estricto reposo. Fue dado de alta justo antes del campeonato y contra la opinión de los médicos, participó en los 5.000 y 10.000 metros. Ganó las 2 carreras con récords, a pesar de no haber “entrenado” durante esos días que tuvo que estar obligatoriamente en la cama. "Merche, tú no eres Zatopek pero si funciona para un cuerpo de un crack igual funciona también para mi cuerpo preferido, ¿no crees?. Así que descanso obligado y ni un sólo kilómetro durante 9 días, esa es la orden".


40%-60%

Pensando en porcentajes le dije a mi mujer que no le daba más de un 40% de probabilidad de que terminase la maratón. La cintilla es una lesión muy fastidiosa y cuando aparece el dolorcillo va in crecendo hasta que la mayoría de las veces te obliga a parar. ¿en que estaba pensado aquella chica vietnamita?.

El sábado fue el día de no querer pensar en el desastre y aún así no pude evitar pensar en él. Tratamos de distraernos compartiendo una tarde soleada con buenos amigos, con Eli y su hermano Alberto Menchero, al que le debo que me metiera en eso del ultrafondo y que paradojícamente dos años atrás me adelantaba a la altura del Estadio de La Rosaleda cuando yo bregaba con mis isquios.... Por tanto no todo fue pensar en negativo, también disfrutamos del previo y de una magnífica y acogedora ciudad












Cuando me acosté aquella noche pensé en 5 horas; quizá consigamos terminarla andando en ese tiempo. Por supuesto no le dije nada a Mercedes.


Hoy puede ser un gran día si la mariposa no....

Madrugamos y mucho, giramos el botoncito y nos pusimos en modus maratonianos.





Mi dorsal 220 indica que aún vivo de las rentas de Roma, pero obviamente el cajón de la aventura iba a ser el morado. ¿Que puñetas hacíamos en el morado, sub 4 horas, si en el mejor de los casos habría previsto para ella 4:10?. Más aún, ¿qué demonios hacíamos en un cajón cuando lo más probable es que mi mujer no pudiera terminarla?

En cualquier caso, ahí estábamos, bastante expectantes. La idea era salir a 5:55, ¡vaya idea!. (no tires cuentas que luego no salen). Nos pusimos con Gregorio, un corredor de nuestro club  al que no conocíamos porque era de la sección de duatlon y que tenía ante sí su primera maratón. Cuando nos dijo que también estaba lesionado pensé que tanta negatividad no traería nada bueno. Demasiadas malas señales.

La cintilla es eso que te martillea y te dice que para que pimientos corres

Parece que han dado el pistoletazo porque vemos que la gente comenza a andar, y un par de minutos después pasamos por encima de la alfombra, ¡ya está!, ¡en marcha!. Salida cómoda, sin codazos, suave, Merche con buena cara y avanzamos los tres. Kilómetro 1, 2, 3 y las cuentas no salen porque vamos más rápido de lo previsto: 5:49, 5:46 y 5:51, pero bueno, que mas da, intuyo que no llegaremos a meta y la historia de Mauricio tendrá una secuela desastrosa en las salas cinematográficas. 



Me intereso en el cuarto kilómetro por su rodilla y ella me dice "no me preguntes", ya sé que el dolor ha llegado, y lo ha hecho para quedarse. La veo moverse ágil, con fluidez, sé que sus piernas van solas, gracias a los entrenos y también al secreto de Zatopek, pero esto va a ir a peor, no nos cabe la menor duda. El martilleo marca el ritmo de mi mujer y aún así los tiempos mejoran: 5:44, 5:42 y nos movemos en esa cadencia que no estaba escrita en nuestro plan. Gregorio va cómodo con nosotros y pronto se une un corredor del Atletismo Bolaños, "los manchegos se juntan a comer gachas y migas o a correr maratones". La ida hacia el Palo es larga, sin cuestas pero eterna, y marcamos cronos que se mueven siempre entre 5:40 y 5:50, pero Merche no va bien, va sufriendo. En ese tramo de la carrera voy convencido de que no la terminaremos. Para colmo le tengo que coger la cartuchera cargada de geles, porque se le va escurriendo. "¡Que más me da llevártelo!, bastante tienes ya con lo tuyo".






Lo mejor de esos kilómetros es cruzarnos con los corredores de delante, los keniatas y...¡ahí va como una moto el corredor de nuestro club Fernando Mora!. ¡Dios mío! es su primera maratón y ha salido a por todas, ¿no será un suicidio? (no lo fue, 2:39 y catorce de la clasificación). Siento envidia sana, pero me consuelo pensando que mi pelvis me habría castigado demasiado a ritmos altos, tampoco estaba preparado para ello. Veo a Marcelo otro corredor de Valdepeñas que va a muy buen ritmo y entre tanta animación las piernas van solas, bueno, en el caso de ella no tanto.



En el 16 la cosa se pone más fea aún si cabe y tengo que administrar un ibuprofeno a la sufridora del día. Pienso que yo en su lugar ya me habría retirado. Sin embargo, pese al dolor estamos marcando unos cronos magnificos: por ejemplo, el 12 en 5:40 y el 14 en 5:41. 




¿Quién inventó el ibuprofeno?.

Quizá fue un científico mentiroso que decía justo lo que no pensaba y así creó un medicamento que te dice que corras cuando lo que deberías hacer es parar. La pierna se le adormece, el dolor no ha cesado pero ahora es algo más llevadero. Unos minutos antes el agarrotamiento ya le había llegado al glúteo y le había sido muy complicado dar zancadas; a pesar de todo había mantenido el ritmo. El Sr. inventor del Ibuprofeno y sus sabias mentiras nos devuelven la esperanza, mejor dicho, compramos un poco de ilusión durante unos kilómetros más. El 17, 18, son kilómetros en torno a 5:40, concretamente 5:39 el 19. El 21, a 5:37 y a Merche se le vé tan ágil como cuando comenzó pero el sufrimiento, ahora atenuado por la química, va por dentro. Pasamos la media justo en 2 horas, y eso es un pasote, creo que nos estamos colando y que de aguantarle la rodilla le llegará el otro mal, el tio del mazo, pero también pienso que probablemente no la terminemos y no le veremos la cara a ese mamarracho







Se nos ha quedado el corredor de Bolaños y Gregorio sigue con nosotros, pero no va cómodo. Su lesión también le está fastidiando. Seguimos creciendo, adelantando gente, y pedimos que esto continue unos kilómetros más, ¡por favor!. Entonces se me ocurre decirle a mi esposa que la probabilidad de terminar ahora ya no es del 40% sino del 60%. Esboza una sonrisa y parece que esa tontería le ha animado.

Larga avenida es la del suplicio

Sólo nos hacía falta una larga recta, monótona, de esas que provocan que los corredores se coman el coco. Yo trato de que Gregorio y Merche no piensen, no miren hacia el horizonte, tan sólo lleven el ritmo y se fijen en el asfalto. Voy marcando pequeños hitos tales como "en dos kilómetros te doy el siguiente gel", o "el siguiente avituallamiento está ahí a unos minutos". Los gestos de dolor de ambos son ostensibles, pero allá por el 24 a la vista de que mantenemos sin dificultad el ritmo comienzan a surgir de mi interior brotes verdes de esperanza y optimismo (como los de Zapatero). ¡Ahora estamos corriendo por debajo de 5:40! y los vamos clavando. Gregorio se nos queda y miro a Merche; ella me dice sin decirme nada que tenemos que seguir...pienso en un 70% de probabilidad de éxito, y así poco a poco divisamos el Estadio Municipal de Atletismo picando el 27 en 5:37 y el 28 en 5:34. El hecho de ir recogiendo cadáveres, cuando ya lleva 2 horas y media soportando el dolor le hace más fuerte. 



¡¡¡Agua por favor!!

Buena organización la de la maratón, pero les faltaron vasos. Se trataba de un obstáculo más en esta carrera a la que no le iban a faltar eso, los obstáculos. Así que Mercedes tuvo que beber hasta en tres avituallamientos directamente de la garrafa (mientras el voluntario/a de turno se la alzaba a pulso). Yo por mi parte, puse mi granito de arena cogiendo un par de botellitas medio llenas del suelo, no importando quién hubiera bebido antes; también en una ocasión paré para  llenar con vasos de isotónica otra de las botellitas. Así que tocó esprintar para volver a pillar a mi mujer que iba como una locomotora, de las lentas, pero como una locomotora. Y pasada la zona del polígono, bastante complicada por no haber sombra, ser fea y no haber animación llegamos al 30.

Llegado al 30 sólo cabe mejorar  sobre todo si ha costado tanto llegar hasta aquí

"La maratón comienza siempre en el 30", sabía afirmación. Si llegas con fuerza a ese kilómetro tienes mucho ganado, si no es así lo más probable es que pierdas todo lo que no perdiste antes. Las frías calles del polígono han dejado paso a la avenida poblada de palmeras y llena de sombra que nos adentra en el caso urbano. Hemos reconquistado la ciudad, ya estamos cobijados por los edificios y Merche sigue ahí, al mismo ritmo. El 31 en 5:41, el 32 en ¿5:31?, ¡Dios mío como sufre esta chica!. Es entonces cuando me doy cuenta de que la va a terminar y también comienzo a creer que la marca va a ser buena, muy buena, mucho mejor de lo que nunca hubiéramos soñado. Se me ocurre decirle "porque vamos en marcha si no te daba un beso ahora mismo". Segunda sonrisa y segundo subidón.

Mucha gente andando, mucho corredor con menos ritmo, y casi todos a nuestro alrededor con menos moral que nosotros. Comienzo a echar cuentas, y aunque mi Garmin desfasa (los tiempos que os he dado son los del Garmin de ella), sé que de continuar así podemos bajar de las 4 horas, pero esa marca no estaba destinada a mi mujer, no es propia de ella, ¿qué está pasando?. ¿será el clima?, ¿será Don Ibuprofeno?, la distancia va bien medida, no faltan metros, así que la única razón es: Mercedes y su pundonor, bueno, y que su estado de forma es mejor del que había previsto su entrenador, que soy yo.

Y toca la cuenta atrás

Nos mantenemos firmes, cada metro que pasa más convencidos, más fuertes, aunque toque seguir sufriendo. ¡Por fin animación! y eso ayuda, ¡como ayuda!. Ni la larga cuesta que lleva al Estadio de la Rosaleda puede con ella, aunque picamos ese kilómetro en 5:49. Arengo, voceo, grito, le digo que es nuestra, que la probabilidad de terminarla es ya del 100%, pero ella niega con la cabeza, es prudente.

Superamos la cuesta y enfilamos los últimos cuatro kilómetros, los números de mi Garmin me dicen que podemos hacer 3 horas y 59 minutos de seguir así, pero echando cálculos estimo que el desfase en distancia nos supondrá recorrerlo más de un minuto, ¡mala leche!. El 39 en 5:43, Merche va deshecha, no siente la pierna derecha pero aún así no ceja en su braceo y en su zancada, cuesta favorable ahora, 5:37 el 40, pasamos por una zona muy concurrida, el castillo, bajamos, la bajada duele, vaya si duele (a mi también en mi cintura), pero ya no nos puede parar nadie. Ella no muestra alegría en su rostro, sólo concentración, no quiere que se le escape y sé que está tirando de corazón. El 41 es frenético, 5:32 y tras esto bajamos por la famosa Calle Larios, llena de gente, se hace eterna, miro el Garmin, ¡no podremos!, no bajaremos de 4 horas. 

 




Giramos la esquina y a lo lejos vemos el primer arco, unos 500 metros, la cadencia aumenta, nos aceleramos y nos ponemos en modus sufrimiento. Oigo a Gregorio Ruiz de Valdepeñas arengarnos (vaya carrerón que se marcó con 2:57)...doscientos metros y miro el crono a lo lejos, si apretamos un poco lo dejamos en 4 horas peladas, pero no, picamos en 04 horas 01 minuto y 10 segundos, tiempo del chip. El último kilómetro trescientos lo hemos hecho a 5´23´´ y  Merche, la cachonda, me dice que está mareada, ha sufrido casi toda la prueba y no hay palabras para describir lo orgulloso que estoy de ella. La voluntaria me otorga el honor de la puesta de medalla y yo se la cuelgo todo honrado. No necesita sentarse, está muy satisfecha y eso contrarresta su cansancio, se ha vaciado.




Yo me siento indispuesto y vomito agua, casi que estoy peor que ella, aunque pronto la veo sin poder dar un paso, lleva la pierna tiesa, así que pienso que hay que irse al apartamento cuanto antes. Hablamos con algún conocido, como Paqui Taviro, del Extenuación Valdepeñas, que es una crack y se ha marcado un 3:55 en su primera experiencia maratoniana, también hablamos con Marcelo, ¡vaya tío!, a sus 60 sigue pulverizando sus registros, ha hecho 03:21. Nos preocupa Gregorio el del Pozo Norte, que comenzó con nosotros, no sabemos si terminará (luego nos enteramos que sí la finalizó en 5 horas y 2 minutos, y tuvo que tirar de épica). Falta alguién, ¿dónde está Jorge?, pedimos un móvil y le llamamos pero no nos responde llamada, pese a la preocupación nos vamos andando despacito hacia la Calle Larios y al llegar al apartamento aparece nuestro hijo montado sobre su patinete, ¡no se nos ha perdido y todo ha salido bien!. ¡Gracias Sr. Ibuprofeno!, gracias incluso a la mariposa y a la operaria vietnamita, que aportaron para que todo esto fuera muy "hardcore" como dice mi hijo.





Esa medalla está bien ganada, sin lugar a dudas. No es de plata ni olímpica, pero no hace falta tanto para sentir el honor de tenerla. La mía, la del escudero vale mucho menos sin lugar a dudas.



 

Los fríos números

Estos son los datos que conseguimos en la web de la organización:





















La 1735 de un total de 2800 llegados, la 29 de su categoría, la 118 de más de 400 mujeres que participaron, y ganamos casi 500 puestos desde la media maratón hasta meta. Perdonadme que no pueda dejar de echar flores a mi mujer. Yo es que la he visto en sus comienzos en el parque y cuesta creérmelo.

De Mauricio, Mercedes y otras casualidades





Finalmente el lunes, antes de volver a casa, quedamos con Mauricio. Resultó que finalmente había corrido también la maratón (algo que no me esperaba porque estaba lesionado y no iba a participar). Resultó que el tío, como quién no quiere la cosa, se marcó un 3:31 (se nota que ya pasa de geles), y echamos un rato muy agradable en la Ciudad Deportiva Carranque donde sus dos hijas que son unas cracks, entrenaban en la gran escuelas deportiva que se ha creado y que es un auténtico vivero de jóvenes valores. Por ahi andaba entrenando un tal Borja Vivas, que no es ni más ni menos que el nuestro seis veces Campeón de España de Peso, Subcampeón de Europa en 2014  y olímpico en Londres. Así que con esta reunión, fruto de tantas casualidades pusimos rumbo a casa y dimos por terminada esta gran aventura que sólo deja como sabor agridulce la lesión que se le ha quedado a Mercedes y que le impedirá correr durante bastante días.

 
Y he decidido dejar ya de escribir que este testamento se alarga ya demasiado. Pero antes quiero dar la gracías con MAYÚSCULAS a tod@s por vuestro apoyo y cariño recibido en estos meses. Se cierra una etapa y espero que se abran otras que traigan momentos tan estupendos como este que os relatado.

9 comentarios :

  1. Queridos amigos Javier y Mercedes, ha sido un verdadero placer poder teneros aunque solo haya sido un ratito otra vez por nuestra tierra. Lo de Mercedes una épica importante, de no correr a tragarse dos maratones en menos de un año y hacer tiempo pese a estar lesionada. Desde luego tenemos muchas cosas que contarnos y muchos vinos manchegos que bebernos contandonos batallitas mutuas, la mía próxima sera Sevilla 2016, en Febrero y queda pendiente que en esta ocasión seamos nosotros quienes nos desplacemos hasta vuestra tierra a haceros una visita y porqué no, pegarnos unas carreras los cuatro, contando con Paola.
    Gracias por permanecer revoloteando, mariposilla. Creo que mereció la pena terminar "jodidamente" contentos y tocados la Maratón de 2013. Un abrazo fuerte
    Un abrazo

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    1. Querido Mauricio, ¿qué podemos decirte?. el placer fue mutuo. Sin duda fue estupendo volver a rememorar aquel 2013 y poder rematarlo con buenas maratones, como la tuya y la de mi mujer. También fue estupendo ese rato largo que echamos de buena conversación y rodeados de tan buen ambiente. Quedas emplazado a esa visita, trataremos de hacer honor a la conocida hospitalidad manchega y por supuesto que tenemos que correr los cuatro juntos, sea allí acá o donde se tercie. Un abrazo y estamos en contacto

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  2. Gran crónica Javier, gran maratón, a recuperarse ahora y ENHORABUENA DE NUEVO.

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    1. Gracias, mil gracias Kino. Justamente hacemos lo que no debemos hacer, correr estando lesionados, pero ha merecido la pena. Merche, ha estado increible y ha seguido para adelante cuando yo, por ejemplo, no habría aguantado ni media hora su suplicio. Espero que se recupere pronto porque esto hay que repetirlo, si puede ser sin dolor. Un abrazo crack

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  3. Que grandes soissssss. Tenéis toda mi admiración!!!!!!!!! Sin palabras. Os debo un abrazo y mis enhorabuenas!!!!!! Nos esperan grandes km en las careeras

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  4. Que grandes soissssss. Tenéis toda mi admiración!!!!!!!!! Sin palabras. Os debo un abrazo y mis enhorabuenas!!!!!! Nos esperan grandes km en las careeras

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    1. ¡Mil gracias Gregorio por tus ánimos y por tus halagos!. Como veo que te gusta Miguel Hernandez, tu frase de "nos esperan grandes kms en las carreras" me ha recordado al famoso poema "Elegía" que escribió a su gran amigo Ramón Sijé: "que tenemos que hablar de muchas cosas, compañero del alma compañero". Afortunadamente nosotros no estamos muertos aún y podemos hacer muchas cosas, como por ejemplo echar alguna tiradilla, porque lo que es en las carreras yo ya no estoy para tus registros. ¡Un abrazo!

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  5. Tú no necesitas cámara para filmar la carrera. La has descrito perfectamente, cualquiera que lo haya leído es como si hubiera ido en el grupo.
    Enhorabuena y a recuperarse pronto.
    Saludos.

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    1. Gracias Eusebio. Cierto es que correrla con ella me hizo vivirla más intensamente ya que al ir más descansado los sentidos los ocupas más en observar. Fue muy bonito

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