RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 29 de noviembre de 2015

SÁBADO 28: ¿ES EL PRIMER DÍA DE UNA NUEVA ETAPA?

Tratándome de mentalizar que tengo que superar dos enemigos: mi pubis y mis miedos. Para combatir ambos el sábado por la mañana hice algo que no me gusta hacer: sacar a pasear mi garmin para medir ritmos. Tenía en mente realizar una doble sesión en la que por la mañana tuviera el entreno exigente tratando de marcar ritmos altos, y por la tarde llevase a cabo una sesión regenerativa. No madrugué porque mola más correr con el solecito, y a eso de las 13 horas salí con bastante miedo e incertidumbre a hacer casi 16 kilómetros durillos. El comienzo fue como viene siendo habitual lento y molesto, porque no hay forma de dejar atrás el agarrotamiento y las molestias, que son más plausibles al comienzo y al final de las sesiones. Cuando miré el ritmo marcado en el primer kilómetro casi no me lo podía creer: ¡5´42´´ para hacer 1000 metros sufridos!. Así que apreté los dientes y me propuse mover más rápido las piernas; que os voy a contar, mas desagradable aún. Justo cuando comenzaba a coger un poco de ritmo me crucé con un buen amigo que volvía corriendo a casa: Leandro Pintado y tras contarnos las penas durante unos segundos reanudé la marcha dándole de nuevo al botón del aparatito. El segundo kilómetro fue más esperanzador y conseguí marcar un 4´45´´, justo el ritmo máximo al que aspiraba ese día en mi cabeza. Se hizo durillo con el viento en contra subir por el Camino del Peral y luego por el camino que me llevaría al paraje que hay entre el Peral y las Aguas, pero pese a no ir nada bien el Garmin me fue marcando cronos más o menos dignos (el tercer kilómetro en 5´00´´, cuarto y quinto en 4´48´´ y 4´45´´ respectivamente




Pero llegando al Peral ocurrieron dos cosas: que el viento dejó de darme de frente y que conseguí grabarme en mi cabeza la cadencia. Por otra parte mi cintura iba como en la mejor de sus versiones últimamente: dormida e incapaz de aportarme fuerza para estirar la zancada; peor hubiera sido sentir pinchazos y dolores que bajan a los aductores, como en otras ocasiones. 

El kilómetro sexto conseguí un 4´39´´ y eso me hizo sentir mejor, tanto que yendo a las Aguas y pese a los repechos conseguí volver a bajar de 4´40´´ en los tres siguientes. Ni subiendo al Albergue Juvenil fastidié la media. En el kilómetro 10 tenía una dura prueba porque tenía 400 metros con mucha pendiente y logré hacerlo bien marcando un 4´42´´. La cintura estaba un poco agarrotada y las piernas me pesaban fruto de la falta de costumbre, pero la altimetría iba a ser a partir de ese momento muy favorable para mi, había pasado lo duro. Noté esto último y la última parte de este entreno fue muy esperanzador para mi: con varios kilómetros por debajo de 4´30´´ (el 11 y el 13) y con un ritmo homogéneo hasta el final que me permitió dejar la media en 4´43´´, con un tiempo de 1 hora 14 minutos 58 segundos en 15870 metros. El pubis no empeoró, eso sí, en uno de los estornudos que solté en casa ví las estrellas. Las piernas las tenía bastante cansadas y es que aunque parezca un entreno algo mediocre para mi no lo fue: con la falta de costumbre, en un circuito por caminos pedregosos en los que había que salvar 98 metros de desnivel positivo y con mi lesión, para mi fue un claro paso adelante.

Ya por la noche salí a descalentar un poquitín y las sensaciones no fueron malas. Esta lesión de la que a veces no quiero hablar pero que quiero creer que está dando sus últimos coletazos, me dejó corretear sin molestias, para realizar otros 6,5 kilómetros extras que sirvieron para soltar mis viejas piernas.

 



2 comentarios :

  1. Ya digo, con poco que lo intentes, con la calidad que tienes y si las lesiones te respetan, vuelves a estar fino en menos que canta un gallo!!!!

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    1. Gracias Kino. La verdad es que no te hice caso, porque soy muy cabezón, y no puedo decir que haya salido de la lesión, aunque sí creo que estoy mucho mejor. Pero no quiero cantar victoria. Si la supero pronto prometo que voy a tener tres meses serios para tratar de ponerme a tono para tan sólo pensar que puedo acercarme nuevamente a las 3 horas, porque de correrla hoy te aseguro que a duras penas podría bajar de 3 horas 30

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