RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 2 de junio de 2015

VIERNES 29: ENTRENOS ESPECIALES PARA RECORDAR

"Cuando nos hayamos ido no quedarán recuerdos nuestros flotando en el aire. Esos recuerdos se irán con nosotros, pero al menos podemos disfrutar la magia del momento presente"

El viernes por la noche cogimos toda la familia y fuimos a Linares. Íbamos a dejar a Jorge y a Inés en el pueblo de mi mujer con mis suegros y Merche y yo partiríamos a la mañana siguiente a Alpendeire, en la serranía de Ronda, donde el domingo correríamos un trail de 25 kilómetros y 1500 metros de desnivel positivo. La mala semana que habíamos traido no se podía borrar, pero al menos si podíamos hacer un reseteo y comenzar de nuevo, que es lo que te a menudo tienes que hacer para seguir luchando. Mi semana de entrenos había sido aciaga, con altibajos y sobre todo falta de motivación y la de Mercedes había sido prácticamente testimonial con muy pocos kilómetros, con natación y ejercicios de spinning y similares, todo para recuperar lo antes posible y poder correr en Málaga. Como llegamos un rato antes de la cena decidimos ir a "mover las piernas" un rato, así que me puse el frontal ya que estaba anocheciendo y nos fuimos por la vía verde, que también conozco. Como la pendiente se ponía cuesta abajo bien pronto Merche tuvo que retenerse un poco para que no se incrementase en exceso el ritmo no fuera a ocurrir que tuviéramos un susto con su cadera. La sorpresa vino cuando ya a la vuelta comenzó a llover en forma de tormenta, gotas grandes y frías que eran una bendición ya que refrescaban el ambiente. Incluso el viento que se nos puso repentinamente en contra no se hizo desagradable. Además, en 30 minutos estábamos llegando a casa de mis suegros, por lo que todo quedó en eso: mover las piernas de cara a lo del domingo.

La cadera se portó bien y eso hizo que se alegrara mi mujer. Importante para ganar en confianza. Así cerrábamos una semana, un plan y casi un ciclo, porque tras el Trail de Alpandeire tenía previsto comenzar nuevo plan, lo más ajustado a papel que pudiera, con unas 11 semanas por delante antes de la Maratón de Helsinki.

Esa noche, ese trote nocturno con tormenta incluida, con la emoción del inminente viaje, probablemente se me quede grabado como otros entrenos especiales, duros, raros, mágicos o accidentados.




No hay comentarios :

Publicar un comentario