RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 3 de enero de 2015

SÁBADO 3: TIRADA DE ALGO MENOS DE 20 KILÓMETROS

Tocaba tiradilla, esta vez sin mediar descanso y tras acumular 15 sesiones seguidas sin pausas. Dejé que avanzase la mañana y me fui pasadas las 12:30. La idea que había que llevar a cabo era ir al 1,30 por encima del ritmo objetivo de 4´10´´, es decir, a  una media de 5´25´´ pero intercalando la subida a los molinos eólicos de la Sierra del Peral e incluyendo terreno algo técnico. El comienzo no fue muy agradable, no me sentía con mucho reprise, como con falta de fuerzas, aunque los isquios no se quejaban mucho. Pero trate de concentrarme en el ritmo a seguir y no pensar mucho. Llegué al Peral, por la zona de la explanada y lo bordeé para coger la carretera de La Solana y en seguida coger un camino de subida a la casa que hay en el camino que sube a los molinos. Pronto el terreno se ponía irregular y pedregoso, también en ascenso. Llegué el camino de importante pendiente con un poco de calor y algo de malas sensaciones, pero puse el piloto automático y "pa arriba". Llegué a la curva donde la pendiente da un respiro y justo donde quedan unos 400 metros para alcanzar la cima y allí dí media vuelta, bajando suave y sin forzar. La vuelta fue siempre deshaciendo mis pasos de la ida y conforme seguí acumulando kilómetros me encontré más asentado, así que cuando quedaban unos 5 kilómetros, ya pasado el Peral, apreté y el resto de la tirada fue más rápida y menos pesada.

No llevaba ni crono pero creo que hice en torno a 1 hora 45 minutos y 19350 metros, así que más o menos al ritmo medio previsto.

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