RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 1 de diciembre de 2014

SÁBADO 29: SACRIFICADA TIRADA

El sábado sentía en mis adentros la necesidad de comenzar algo nuevo, algo más importante, y con esta compañía salí a correr al mediodía. En mi mente un pensamiento: sin tener claro dónde voy pienso que tengo que machacarme y creo que puede que a principios de esta primavera me esté esperando otra maratón y por ello tendré que ir planificando. Si algo bueno me ha quedado tras Valencia ha sido volver a ver esta distancia como una oportunidad de disfrute y no como un mal trago que tener que pasar, por ello este sentimiento me da la oportunidad de sacar de nuevo la motivación para volver acometer con ilusión el reto.

En esa tesitura me calcé las zapatillas y con ese sentimiento moví las piernas el sábado, a sabiendas que tengo trabajo por delante, nuevamente tengo tareas que hacer. Por un circuito que discurría entre el norte hacia el este fui avanzando tratando de que mi ritmo fuese vivo y constante a sabiendas de que lo pagaría, porque es mi statu quo actual: si meto ritmo todo va bien hasta que a la hora y pico las piernas van cayendo. En cualquier caso y en esta ocasión pareciera que obtengo un avance, un leve avance, porque la sesión no fue demasiado dura y pude correr a 4´45´´ de media durante algo más de 21 kilómetros sin grandes problemas, pero ese ritmo debería ser tan asequible a mis piernas que tendría que ser un pequeño paseo, algo que hoy por hoy no ocurre. De hecho terminé bastante cargado..., habrá que ponerse el mono de trabajo.




No hay comentarios :

Publicar un comentario