RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

domingo, 14 de diciembre de 2014

MIÉRCOLES 10: 9 KILÓMETROS CON MERCHE

Bien podría ser el título de una película: "9 kilómetros con Merche". Me consta, porque me lo han dicho, que soy un privilegiado por el hecho de que mi mujer comparta una afición tan loca como esta conmigo, así que sólo toca disfrutarlo mientras dure. El miércoles Mercedes tenía descanso, pero como hace tiempo que le pico el mosquito "correcorrequetepillo" cuando le dije si quería salir a correr un ratín conmigo apenas lo dudo. Realizamos un circuito que solemos llevar a cabo bastante últimamente: el bautizado como Circuito de los Cerros de la Aguzadera, que da la vuelta por detrás de los mismos. En esta ocasión fuimos, de noche, por supuesto, por el Camino de Membrilla y regresamos por la vía de servicio, y en esta dirección lo duro está en la subida a la falda del Cerro del Ángel. Pronto, prácticamente desde el inicio, cogimos un ritmo más vivo que el del domingo en la carrera de Villafranca de los Caballeros, y Merche sin sufrir, conociéndola como la conozco sabía que enseguida me diría que no era capaz de entender qué le pasó, ¿por qué no corrió así de rápido el otro día?. Ese tema de conversación tuvimos los primeros kilómetros, y quedó zanjado al concluir que en la siguiente carrera lo haría mejor, seguro. La cuesta la subió como nunca, a buen ritmo y sin subírsele las pulsaciones y la bajada hasta casa por debajo de 5´ el kilómetro. Total, que nos chupamos los casi 9 kilómetros en 47 minutos.


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