RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 17 de diciembre de 2014

MARTES 16: EL ARTE DE FROTARSE LOS OJOS CUANDO UNO NO SE CREE LO ACONTECIDO

Lo de frotarse los ojos en un tick, a veces real y otras veces simple y llanamente una manera de decir que no te puedes creer lo que te está sucediendo. Ayer tuve la ocasión de frotarme los ojos en sentido figurado mientras que corría con mi Merche en el parque. En mi cuarto día de mi nuevo plan le pedí a Mercedes que no nos cuestionásemos el hecho de correr tras estar cansados de todo el día: "Mercedes, ni lo pensemos, le dije, cambiate que nos vamos, porque toca, vaya....". Y como viene ocurriendo en esta paradoja que es hacer running en invierno, cuesta más ponerse que otra cosas, justo al revés que en verano, cuando uno cree qsue apetece pero llevando 5 minutos ya está acalorado, en este tiempo da la sensación de que se está loco por salir con las mallas pero no tienes más que dar cuatro zancadas para comprobar que has acertado y que mola correr con la fresca. Era un entreno sin pretensiones, suavito, de regeneración para ambos (para mi mujer tocaba recuperarse del esfuerzo que realizó el sábado, y para mi tocaba transitar tras dos buenos entrenos. ¿qué por qué me acabé frotando los ojos sin tocármelos?, pues es sencillo: en el parque nos encontramos con Nico y con Paco, a este último sólo lo conocíamos de vista. Nos pusimos a correr con ellos pero pronto Nico tiró camino hacia casa y nos quedamos los tres, y tocó charlar..Paco lleva poco en esto del running y corre por mantenerse, pero no acaba de engancharse del todo. Con este caldo de cultivo fue fácil terminar hablando de cómo engancha esto, de lo que uno ha hecho que nunca creyó que podría hacer, de Mercedes y de cómo se le ha metido en vena esta droga, etc, y fue así en el transcurso de estas conversación mientras nos movíamos en círculos en este recinto que tanto me aburre, cuando terminé pensando que era afortunadísimo por correr a diario, por no estar en la situaición de Paco y simplemente por comprobar como a Merche le pasa algo parecido.

Nueve kilómetros en los que ejercitamos algunos músculos entre ellos la de sin hueso.


No hay comentarios :

Publicar un comentario