RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 6 de octubre de 2014

VIERNES 3: TRAS UNA QUIEBRA EN EL PLAN CUMPLO EL VIERNES

Parece ser que al igual que al 90% de los gobiernos que ha tenido este país, no me salen los planes, es decir, propongo cosas que luego debido a las circunstancias no puedo llevar a cabo. En esta ocasión la idea era no descansar ningún día de la semana y sin embargo el miércoles me encontraba tremendamente agotado debido al poco descanso que a su vez venía motivado por el exceso de carga de trabajo (campaña de vendimia unida de más tareas en mi buhardilla/despacho). El resultado fue que el miércoles cuando llegué a las casi 22 horas de Manzanares, el cuerpo sólo me diera para cenar y acostarme. Pero el jueves corrí una suerte similar, de nuevo regresé tarde y de nuevo me encontré sin ganas ni fuerzas para salir a correr; me acosté pensando que me levantaría temprano para correr a primera hora pero enseguida cambié de idea porque mi madrugón tenía que estar destinado a realizar trabajos de despacho que es lo que finalmente acabé haciendo. Así que el viernes decidí realizar un doblaje en dos sesiones: tras la comida en Manzanares y luego a la noche, pero de nuevo no salieron los planes porque salí a eso de las 14:30 realizando 10 series de 300 metros en la vía de servicio de tierra de la Autovía de Valencia, más los 35 minutos de ida y vuelta. Sin embargo por la tarde noche estaba de nuevo agotado y decidimos salir a tomarnos algo. Conclusión: entre el cansancio y el overbooking laboral esta semana ha sido un "relaxing tapering in my house of Valdepeñas".

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