RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 5 de julio de 2014

VIERNES 27 Y FIN DEL INPAS. AHORA COMIENZA UN NUEVO PLAN

Se van los días, se van las semanas, y los meses, por desgracia también los años y con todo este proceso nosotros nos marchitamos. Ante la decadencia tenemos varias alternativas y yo he elegido la que más vivo me hace sentir: sistema reto-esfuerzo-emoción. Sin reto cuesta esforzarse porque no acabas de encontrarle sentido a eso de calzarte todos los días las zapatillas y dejarte la piel a cada intento, y sin esfuerzo no hay tanta emoción. Ponemos la carne en el asador marcando en el calendario el día D hasta que este llega y esa mañana todo es emocionante, incluso cuando las cosas salen mal.

Pues bien, todo esto es para comentar que el viernes me permití el lujo de descansar nuevamente, e irme con mi mujer a tomarme unos vinos. No en vano terminaba mi descanso activo de tres semanas, en el cual he hecho unos 200 kilómetros, osea, que de descanso ha tenido poco. Por la noche elaboré mi plan, ese que me marcará la pauta del esfuerzo diario, y todo para afrontar el reto: de nuevo la Madrid-Segovia, para mi un desafío con mayúsculas sobre todo si tenemos en cuenta el fiasco del año pasado. Como la afronta es de gran tamaño, el esfuerzo deberá ser proporcional a aquélla y por ello la planificación es sobre el papel sin duda la más complicada de todas cuanto he elaborado en estos tres años y medio que llevo corriendo. Básicamente está compuesta de una macrotirada los sábados, una tirada media los domingos, sesión de calidad en forma de interval los lunes, trabajo de fuerza los martes (con cuestas, gomas o gradas), entreno suave los miércoles con tirada media y ejercicios de carrera y tirada media con series en forma de interval los jueves (a poder ser en pista y en forma de 300 metros y 400 metros). Los viernes me he propuesto descansar siempre, y esto resulta difícil cuando pretendes que la media semanal supere los 100 kilómetros a lo largo de todo el plan. La clave para conseguir esto es la acumulación de kilómetros los sábados y domingos, días en los que tengo más tiempo. Si logro cumplir el mismo, habré corrido entre el 28 de junio y el 20 de septiembre un total de 1.226 kilómetros, para 12 semanas, a casi 101 kilómetros semanales, con una semana pico, la octava, de 115 kilómetros, y tan sólo 5 semanas por debajo del centenar de kilómetros.

Como decía, un plan ambicioso, difícil de respetar, pero al menos a día de hoy puedo decir que he cumplido a rajatabla con la primera semana y la tirada larga de hoy también ha salido muy bien.

Ya miro al 20 de septiembre como fecha marcada en rojo. Espero no fastidiarla nuevamente.

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