RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

martes, 6 de mayo de 2014

DOMINGO 4: ESTOY HECHO UNA TABLA RÍGIDA

El domingo por la tarde nos fuimos los cuatro al parque. Aparcamos el coche y "soltamos" a los críos al libre albedrío. Allí estaba Miguel "El Largo" del Athletic Club Valdepeñas, con el que charlamos un rato, y también estaban Ana y Javier Araque, con su cría, que a la postre acabó jugando con "nuestros bichos". Tras charlar un rato también con ellos nos dispusimos a correr, o al menos "intentamos correr" porque no fue hasta bien pasada una vuelta y media cuando comenzamos a poder correr sin la rigidez del dolor. Concretamente, yo tenía como sendas piedras mis isquios (los de la pierna mala y los de la buena). Además uno de los brazos me dolía una barbaridad, supongo que a causa de un golpe con alguna mata mientras corría el día anterior por alguna senda estrecha durante el Trail de Cáceres. El caso es que poco a poco fuimos entrando en calor y dimos cuatro muy suaves vueltas y por último una vuelta larga a un circuitillo alrededor del parque. Hicimos unos 5500 metros para unos 36 minutos, que nos ayudaron, con toda seguridad, a regenerar y soltar un poco.


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