RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

jueves, 1 de mayo de 2014

CERVANTES, STANLEY Y RIÓPAR

Son poco más de las 10 de la mañana, un 1 de mayo de un increíble 2014.  Stanley Kubrick quién nos maravilló con aquella estupenda película futurista  "2001: Odisea en el Espacio" allá por 1968 nos puso una fecha en el calendario, ese año del futuro estaba por llegar, y mira por donde ya estamos bien metidos en el siglo XXI y seguimos avanzando no se sabe muy bien hacia donde. Mi efimeridad y yo estamos esta soleada mañana por escribir otra entrada en este, mi menos nuevo blog, ¡madre mía! si ya tiene casi tres años;  sé que este momento se desvanecerá, lo hará en mi mente y en la de los pocos los lectores que repasen estas líneas. No tendremos el superpoder de ser eternos como lo son unos pocos privilegiados, como Miguel de Cervantes Saavedra. Podíamos ver en las noticias hace unos días como sus huesos, que se hayan enterrados en el Convento de las Trinitarias de Madrid, van a ser buscados con el fin de que la humanidad entera se quede más tranquilos sabiendo que el creador de la obra maestra El Quijote de la Mancha está más vivo y más cerca de nosotros, que no es una idea, que no es historia, sino que fue de carne y hueso (nunca mejor dicho lo de hueso).

Y mientras divago mi luz y yo nos vamos apagando poco a poco, entre amanecer y anochecer, entre carrera y carrera, entre sueño y sueño, no pudiendo detener esa escurridiza arena entre mis dedos; me voy yendo como lo hace una estrella, a su ritmo, al ritmo biológico del ser humano. Mientras tanto sólo puedo permanecer, aunque sea tan sólo en el intervalo que ocupa el tiempo que tengo comprado en este mundo. Y para sentir que estoy vivo gozo de una magnifica oportunidad de grabar en mis registros, esos que no perdurarán, un humilde hito en mi humilde vida: correr 49 kilómetros por la sierras albaceteñas y sentirme como un pequeño Don Quijote, subiendo y bajando en los agrestes de esta región que llaman La Mancha y que mucha gente cree que está toda seca y es todo plana, y  que vio nacer tanto al legendario caballero de la triste figura, como a mi, y en ese sentido ambos estamos en el mismo saco. Los restos del bueno de Stanley reposan en Londres desde 1999, paradójicamente dejó de estar con nosotros dos años antes del año que muchos marcamos en nuestro particular calendario, el año por el que muchos lo recordarán para siempre. Pero vamos a alegrarnos: ni Cervantes ni Kubrick podrán ya nunca patear el Calar del Rio Mundo; el próximo día 1 de junio, si que podremos vivir esa aventura el espíritu de Don Quijote y yo, lo haremos juntos.





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