RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 18 de enero de 2014

JUEVES 16: YA ESTAMOS OTRA VEZ FASTIDIADOS


Estoy casi seguro de lo que podéis estar pensando en estos momentos. "Ya está otra Javier con sus melodramas, a los cuales nos tiene últimamente tan acostumbrados". He de deciros que si creéis eso estáis acertando, pero sólo en mi descargo y para mi defensa puedo aseguraros que no lo hago con el ánimo de ser sensacionalista en este que es mi blog, vuestra casa. Desde que tengo uso de razón me ha gustado comunicar mis sentimientos, sean los que fuesen, y últimamente, como parece que "vienen dobladas" pues toca sesión continua de negatividad.

Así, tras un magnifico entreno el del miércoles, me levanté el jueves con unas "más que molestias" en el tibial derecho, que se hacían notar incluso al andar. Para ese día tenía planificada, con mucha ilusión, doble sesión, la primera en el descanso de la comida bastante suavita, y por la noche en el parque, series a ritmo moderado de 300. El caso es que cuando me dispuse a correr en Manzanares pronto sentí un dolor en el tibial que en minutos pasó de ser molestia a punzada incapacitante. A duras penas, y parándome para andar hasta en tres ocasiones, pude hacer los 8 kilómetros del circuito planificado. Volví a llorar, y no sé cuantas veces van ya en los últimos meses, y como nadie me oía grité y maldije. Me pregunté ¿por qué a mi?. Luego por la noche, obviamente, no podía dar paso y no pude realizar la segunda sesión. El entreno del viernes iba a ser de transición, y aunque amanecí mejor, pero con la zona hinchada, por cuestiones laborales no pude salir a correr, ya que llegué a casa a las tantas. Pero no me estresé ya que me venía bien parar y tomarme unas horas de descanso.

Lo peor es que de mis 102 kilómetros planificados para esta semana me he quedado en unos poco dignos 80, y que cuando logro salir de una me viene inmediatamente otra. Lo mejor: bueno lo mejor son varias cosas, la primera es que hoy me he pegado un buen entreno de casi 26 kilómetros y que casi no me he tenido molestias, y que estoy casi seguro que el problema lo tengo con las zapatillas. Está visto que últimamente mi cuerpo anda bastante "delicadito" con el calzado (o eso o es que me estoy volviendo paranoico). El caso es que con las Adidas Kanadia no me lesiono, a pesar de que las sensaciones para preparar una maratón con ellas sean casi horribles, porque se tratan de unas zapatillas de trail de gama media, no unas mixtas para correr por el asfalto. ¡Decidido!, voy a tirar las NB 890v3 a la basura (que en cualquier caso ya tendrán unos 800 kilómetros), y a rezar para que las NB 890v4 que tengo reservadas para la maratón vayan mejor a mi fisionomía. La lástima es que de la v2 ya apenas hay, porque está claro que eran mis zapas ideales.

He puesto a la entrada "Ya estamos otra vez fastidiados" pero para ser honestos, hoy sábado ya estoy viendo las cosas de un color más optimista


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