El jueves no madrugué y ya no tenía muchas excusas porque el tibial no me molestaba. Cuando regresé del trabajo lo que menos me apetecía era ponerme la ropa de abrigo e instalarme el frontal, pero lo hice por pura obligación. Me fui dirección norte por la vía de servicio de la AIV y cuando llevaba casi 6 kilómetros tomé un camino al este para luego regresar a casa por otro camino dirección sur. Las sensaciones no fueron muy buenas, pero ya me estoy acostumbrando a ello. Al menos de la lesión no tuve noticias. Me salieron 73 minutos y fueron unos 13000 metros. Lo que está claro es que esta semana ha sido un desastre en lo que a kilómetros acumulados se refiere. Nada que ver con la anterior, pero quizá el exceso de carga ha sido el que me ha provocado los problemas físicos.
En fin, al día siguiente tocaba ir a Extremadura, concretamente a Llerena, Badajoz, a pasar el puente, por lo que el cierre de semana tampoco iba a tener un buen remate.
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