RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 14 de octubre de 2013

LUNES 14: LA IMPORTANCIA DE NO PREGUNTARSE LOS PORQUÉS

Es importante no preguntarnos los porqués de nuestros desvaríos como runners. De hacerlo corremos el riesgo de comprobar como nuestras propias respuestas nos dejan en evidencia. Esta madrugada, cuando me levanté dolorido por los tutes del sábado y domingo, pensé en varias cosas, a saber: que va a ser de mi en esta dura semana en la que tengo tanto trabajo estresante que he de compaginar con un aumento de intensidad en los entrenos; ¿porque he de convencerme que sigo siendo "corredor" en la Maratón de Málaga. Efectivamente, tengo miedo de no dar la talla en este evento, siento casi terror. No tengo que demostrar nada a nadie, mi temor se muestra ante mi mismo, como un espejo que me devuelve una realidad que no quiero aceptar. Temo sentirme mal, temo mi pequeño fracaso,  y todo en contraposición a la felicidad que uno siente cuando le salen las cosas bien. Todo eso pensé esta mañana cuando me vestía para irme a correr al parque, y todo eso seguí pensando durante el entreno. Sé, no soy tan tonto, que esto no tiene mucho sentido, que no nos deberíamos machacar tanto a nuestros años, partiendo del hecho de que no nos jugamos nada, es decir, que esto es tan sólo un hobby. Pero no puedo negar que este juego me atrae, necesito hacerlo para sentirme vivo.

Así que con el empecinamiento propio de este discurso me dediqué a realizar series de 300 metros, hasta un total de 10, regresando al trote en progresión. Las molestias en los isquios eran considerables, pero no eran preocupantes, tan sólo eran fruto del machaque de las horas anteriores. Conforme avanzó el entreno comencé a sentirme mejor, sabedor que estaba ganando otra pequeña batalla, porque el hecho de hacer un entreno digno cuando todo está en contra es un pequeño triunfo y te hace sentir bien. Al final, sumando calentamiento, series y descalentamiento he empleado una hora de mi tiempo y he conseguido acumular en tres días 46,5 kilómetros, casi lo que acumulé durante toda la semana pasada.

La idea es continuar con el plan de la semana sin salirme esta vez del guión, y llegar a los 90 kilómetros, descansar el sábado y rodar la media maratón del domingo, en un ambiente bonito, porque coincidiré con maratonianos corriendo la distancia de Filipides. Mi objetivo es ahora enganchar a mis piernas en este juego, cambiar el chip.





6 comentarios :

  1. Un juego atrayente, si señor, sobretodo para los que somos autoexigentes. Pero ojo al límite, que todo lo tiene ;)

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    1. Llevas razón Yolanda, un juego al borde del precipicio, que es precisamente lo que nos atrae, estar al filo...Yo ya he tocado fondo y creo que ya no me caigo, en unos días lo del trabajo se despeja y gozaré de más tiempo libre, valiosa materia prima para fabricar el producto que es la felicidad

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  2. Javier, creo entender tus miedos, motivados por tu auto exigencia, pero no olvides, que solo es eso, en tus manos esta el cambiar los términos de la ecuación y obtener un resultado satisfactorio.

    Saludos, Emilio.

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    1. Creo que no me equivoco Emilio, si te digo que Yolanda, tú y yo tenemos algo en común, somos autoexigentes. A ella la conozco menos en persona que a ti pero viendo su CV como runner creo que queda claro. Pero has dado en la clave, lo hacemos por nosotros mismos y siempre podemos decidir lo que queremos, no tenemos que responder ante nadie,. Además, tras un pequeño fracaso suelen venir buenos momentos porque nos sentimos más relajados y con menos miedos

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    2. Perfecto Javier, ese es el espíritu y el planteamiento que hay que tener, no hemos de olvidar que "corremos para vivir, no vivimos para correr".

      Saludos, Emilio.

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    3. Gracias Emilio, como siempre, tengo en ti un apoyo

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