RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

lunes, 26 de agosto de 2013

DOMINGO 25: FLOTANDO EN UNA NUBE. 60 KILÓMETROS EN 37 HORAS


Flotando en una nube, así me he encontrado el domingo por la tarde. Tras los 46 kilómetros no podía esperar encontrarme bien al día siguiente, sin embargo, por una idea personal consistente en salir el día siguiente después de un duro entreno, decidí no darme descanso. En principio iba a ser algo suave y corto; ni siquiera me iba a a poner la mochila de hidratación. Hacía algo de calor, pero no lo suficiente como para asustar, así que a las 19:35 salí de casa sin tener muy claro en qué iba a consistir el entrenamiento. Cogí el Camino de Membrilla y no lo dejé hasta pasados 5 kilómetros. Las sensaciones fueron mejorando muy rápido. Al principio algo agarrotado, pero me bastaron un par de minutos para comenzar a sentir buenos estímulos. El caso es que a los 10 minutos de entreno iba muy plácido y cómodo, como si fuera una máquina recién engrasada que no siente fricción alguna. No me costaba en absoluto levantar zancada y casi sentía la necesidad de aumentar el ritmo; pero no lo hice, me mantuve en 5´40´´-5´50´´, sin forzar, porque no se trataba de eso. Lejos de empeorar, cuando cogí el camino hacia el Oeste, la cosa mejoró, sintiendo una sensación que rara vez experimento corriendo, la de flotar, la de no costarme nada en absoluto moverme. Alcancé otro camino que me regresa a casa hacia el Sur y justo cuando llevaba unos 50` decidí no ir a casa, y coger el camino que me permite rodear los Cerros de la Aguzadera para luego volver por la vía de servicio de la AIV. Las sensaciones positivas se mantuvieron, y en la cuesta de los mencionados cerros no noté pendiente alguna. Llegué a la falda del Cerro del Ángel con unos ligeros pinchazos en un tobillo, fruto del tute de estos días, pero en un minutillo ya habían desaparecido. De ahí hasta casa todo igual, muy bien y muy suelto. Finalmente me salieron 14 kilómetros justos en 1 hora y 22 minutos; como se puede comprobar fui suave, pero lo mejor es cómo me encontré.

En cualquier caso, hoy lunes me voy a dar un descanso, que no es bueno abusar del cuerpo. La última vez que me tomé un "break" fue el martes pasado, y se puede decir que ya tocaba. Han sido 60 kilómetros exactos en el intervalo de tiempo transcurrido entre las 08:00 horas del sábado a las 21:00 horas del domingo, es decir, en 37 horas


6 comentarios :

  1. Jajaja, de nuevo "la" Membrilla, bueno que estas hecho una máquina de rodar y rodar, y yo las buenas sensaciones sin encontrarlas...
    UN SALULDO

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    1. Por cierto, ¿qué tal se dio lo de Villafranca?

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    2. No respondas Laura, me dí cuenta ahora que eras tú y no Kino. El sábado me dijo Joaquín que iba a correr también allí, en Villafranca. Por cierto, te vi en Infantes, lo que pasa es que no estaba seguro de si eras tú y no me atreví a saludarte.

      Un abrazo campeona

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    3. Upps, otra vez me ha vuelto a pasar. Es debido a esta costumbre valdepeñera. Ya lo he corregido. En cuanto a tus sensaciones, agosto no es muy propicio. Pero ya viene otoño, que a mi, particularmente, me gusta mucho para correr. Seguro que las encuentras

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  2. Menudo crack estas hecho!, no solo corres, ahora vuelas!; fantástico final de semana.

    Saludos, Emilio.

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    1. Bueno , me sentía como flotando aunque iba despacio. Precisamente estoy bastante lento, un auténtico motor diésel

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