RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 8 de junio de 2013

VIERNES 7: DÍA DE SERIES PARA EL RECUERDO

La vida podría ser un conjunto de flashes que se nos quedan grabados en la memoria. No todo lo que nos ocurre se graba o se recuerda, pero al final de nuestros días, vemos la película que hemos filmado con las secuencias que nos han merecido la pena.  Me gustaría que el entreno de hoy formase parte de ese conjunto. Mi hijo mayor estaba de cumpleaños en el parque, así que cuando Mercedes vino de trabajar, nos cambiamos de ropa, y nos fuimos Inés, ella y yo a ese recinto para realizar el entrenamiento del día; comentar que ha quedado establecido que mi mujer corre los miércoles, viernes y domingos, y esa pauta se está respetando hasta ahora. Llegados al nuestro Parque Cervantes hemos dejado a Inés con Jorge y con otros compañeros de clase de mi hijo (también con sus padres) y nos hemos puesto a calentar, pero enseguida nos hemos encontrado con un grupo de extenuados (del Extenuación Valdepeñas), todos ellos maratonianos y con solera: Juan Maroto, Enrique Cidfuentes, Jose Padilla y Julián. Estaban haciendo series, pero en la segunda vuelta se han puesto a descalentar y nos hemos ido con ellos. Mi mujer nunca había entrenado con un grupo tan grande y se ha motivado mucho; por otra parte el ritmo era de menos de 05:45, por lo que para ella era todo un reto, y ha aguantado 2 kilómetros yendo bastante bien. Se puedo decir que ha sido un buen comienzo de sesión. Pero tras esto nos hemos ido a una de las rectas para hacer series de 300; ciertamente yo no las tenía todas conmigo y pensaba que le iban a costar un montón. La idea era que tratase de ir a 01:30 cada 300, es decir a 5´el kilómetro. Parece que no pero para ella ese es un ritmo exigente teniendo en cuenta que entre serie y serie sólo había una recuperación de 35´´. El caso es que hemos comenzado a hacerlas y hemos ido comprobando como las sensaciones eran buenas, repetición tras repetición, manteniendo el ritmo estipulado y disfrutando de la sesión. Hemos hecho la décima y casi nos hemos quedado con ganas de más, pero mejor así, con la miel en los labios...


Merche está en el buen camino. Esto puede llegar a ser muy emocionante.


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