RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

sábado, 8 de junio de 2013

EL CIELO AL LADO DEL KILIMANJARO

Aquel niño no podía dejar de soñar, así que cuando Don Julio, su profesor de Lengua, les pidió que redactaran un relato describiendo un lugar a elegir, su imaginación le llevó a muchos sitios hasta que se posó en el aquel país africano; el gastado lapicero se movió rápido a lo largo y ancho de las hojas del cuaderno al frenético ritmo de sus pensamientos y fue ideando un mundo cercano y cálido al pie de la majestuosa cima del pico más alto de África: el Kilimanjaro. No tuvo que pasar por el mal trago de leerlo en clase porque hizo lo propio su maestro, y creyó que si Don Julio había elegido su redacción sería porque le habían gustado sus sueños. Fue ese día cuando se dio cuenta que le encantaba plasmarlos en el papel.

Ella es ajena a que en un lugar lejano hubo un día un chico de su edad que escribió sobre gentes maravillosas que habitan un poblado como el suyo, Kibosho. Cada mañana, cuando se asoma por la ventana, contempla el pico nevado de aquella montaña, que siempre le sonríe y le hace sentir segura. Su vida no es fácil pero ella no lo sabe, porque no conoce nada mejor. Desde su poblado puede ir al "shule" andando, le encanta aprender. Vive con sus "mababu" porque nunca conoció a sus "wazazi", se fueron lejos, dice su "babu" que a la cima del Kilimanjaro, donde solo ocurren cosas buenas. Son pobres, pero afortunados porque comen dos veces al día, y aunque ella no lo recuerda, no hace mucho había que ir a diario al "viruri" a coger "maji" con la que poder lavarse y calmar su sed; pero desde hace unos años ya no tienen que preocuparse de eso porque unos hombres mágicos hicieron que el "maji" viajara por debajo de la "ardhi" y saliera por los "gonga" con tan sólo girar una llavecita. Su "babu" le ha dicho que si estudia mucho en unos años podrá ir a Moshi a una "shule" para niñas mayores, y eso la entristece porque no tendrá tanto tiempo para jugar con sus amigos del poblado, pero por otra parte le ilusiona porque podrá seguir aprendiendo. 

Aquel niño ha crecido, y nunca quiso dejar de soñar. Don Julio ya no lee redacciones en clase y él ya no viaja con su lapicero, ahora escribe en su blog. Sabe que las casualidades, o quizá el destino, llevan a personas distintas a vivir experiencias relacionadas, como si un todo nos interconectase a través de unos hilos misteriosos por lejos que estemos unos de otros. El mes que viene será la II Carrera Solidaria Pozo Norte, que se correrá en Tanzania, en un pequeño poblado en la falda del Kilimanjaro. Enfermeras, profesores, voluntarios y, por supuesto, gente del poblado llamado Kibosho se podrán un dorsal con el nombre de personas que viven a miles de kilómetros de distancia y correrán una "prueba llena de vida". Cubrirán una distancia en la que cada metro representará esperanza, ilusión y solidaridad. En esa carrera ganarán todos, porque el precio de la inscripción ayudará a la ONG Tierra de Amani a seguir financiando su proyecto "Endelea" (continuar) para ayudar a niñas y niños tanzanos. Hace más de 30 años yo trataba de extender mis alas y así sobrevolar el continente africano, y ahora en unos días tendré la oportunidad de correr conectado a un cuerpo que no es mío atravesando los grandes "ndizi" de aquella tierra maravillosa.

...Hoy es el día en el que "Pepa", esa mujer de piel de color de "maziwa" vendrá por el poblado para llevar a cabo ese juego tan especial. Viene de tierras lejanas, pero le gusta su sonrisa y sus ojos siempre dicen la verdad. El "majira" pasado ya supieron qué era jugar a lo que Pepa les decía y se lo pasaron muy bien. Primero les puso a todos una "shati" del mismo color y en ella un "karatasi" con un número y un nombre de una persona que vive en un lugar llamado España, donde casi todos tienen la misma sonrisa y color de piel que Pepa. Luego, a la voz de "listos ya" tocó salir corriendo, como cuando juegan los niños en su poblado, pero hay que hacerlo en línea recta y por un camino marcado, sin poder salirte de la senda. ¡Esto es muy extraño!, pero ¡es divertido!, porque juega un montón de gente del poblado, incluso su "babu". Al final hay "tuzo" para mucha gente, sobre todo para los que llegan primeros. Lo mejor es que Pepa dice que con ese juego se consigue "fedha" que sirve para que los niños del poblado coman al menos dos veces al día, no dejen el colegio y les den "dawa" cuando se ponen malitos. Así que, además de ser divertido hace que todos seamos más "furaha".


















8 comentarios :

  1. Ahora entiendo mejor el nombre de tu blog, bonita entrada

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    1. Gracias kino. En esta ocasión era medio relato medio crónica, porque gran parte de lo escrito es verdad

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  2. Interesante historia las que nos traes, asi es, como la vida misma, un saludo.

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    1. Gracias Paco, la carrera existe, el niño también. Lo único inventado es el personaje de la niña, pero seguro que no diferirá mucho de la realidad

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  3. Nos has hecho emocionarnos. Gracias, Javier. Marcos.

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  4. Interesante, tanto la historia como el objetivo solidario que hay detrás. Me ha gustado y emocionado.

    Saludos. Emilio

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  5. Gracias Emilio. Pondré una entrada con datos concretos por si alguno quiere inscribirse y también con la página web de la ONG

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