Última tirada larga antes de la Maratón de Roma, y para evitar problemas había que hacerlo en dos sesiones. Por la mañana amaneció un día más apacible que la noche anterior y aproveché para hacer los 13 kilómetros que me tocaban. Me fui al norte, hacia la Vega del Peral y poco a poco fui incrementando el ritmo. Definitivamente, cuando llegué al Peral, comencé a moverme en un ritmo próximo al de la maratón, para conservarlo durante los últimos 6 kilómetros. Las sensaciones no fueron tan buenas como las del día anterior, y quizá el entreno de calidad del viernes me pasó un poco factura. Las piernas no estaban tan sueltas. Finalmente 1 hora y 3 minutos para hacer 13 kilómetros justos
Me quedaban 7 kilómetros que dejé para la tarde, así que a eso de las 17:20 me puse ropa ligera, porque hacía buena temperatura, y mi hijo salió conmigo, él en el patinete y yo a ritmillo. Pero cuando llegamos al Parque Cervantes nos diluvió de tal forma que tuvimos que resguardarnos donde pudimos. El agua caí helada y se montó una buena. Sin esperar a que dejara de llover del todo, nos fuimos para casa, dando algún rodeo y llegamos como sopas cuando llevaba hechos unos 4.100 metros. Mis manos parecían sarmientos de frías que estaban, así que me puse unos guantes y un gorro y me fui a terminar el entreno, completando a un ritmo de aproximadamente 4´50´´ otros 3.650 metros. Al final, accidentado y desagradable entreno, que me llevó 38´completar para hacer 7.700 metros, que junto a lo hecho en la mañana resultó: 20.750 metros y 1 hora 42 minutos.
Ahora sí que toca descansar haciendo entrenos de descanso activo, porque tan sólo me quedan 44 kilómetros a realizar de aquí al día de la maratón, en un total de 6 sesiones.
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