RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

miércoles, 13 de febrero de 2013

LUNES 11: DESCARGANDO PIERNAS EN EL PARQUE

Con la mecánica aprendida a través de la costumbre me vestí lo mejor que pude para enfrentarme a una fría noche, en la que, afortunadamente, no tenía ante mi un duro entreno, sino todo lo contrario, casi un descalentamiento. Me fui en un trote suave y casi cansino al parque y busqué, por pura necesidad, alguien conocido con quién asociarme y la suerte me sonrió porque encontré a Nico, que realizaba un entreno similar al marcado en mi agenda. Charlamos y charlamos mientras corríamos y recordé que justo hace un año, en los días previos a la Media Maratón de Valdepeñas, tuvimos una sesión similar, porque recordé que le pregunté por dicha carrera y sus pretensiones. La parte más curiosa de nuestro diálogo llegó cuando hablamos de calambres y del infortunio que él sufre continuamente con este desagradable problema. Yo sólo lo he sufrido una vez, y espero que no me vuelva a ocurrir jamás. Charlar con él es agradable y el tiempo pasó rápido, de forma que cuando menos me esperé ya había pasado más de media hora. Él cogió su camino a casa y yo aún dí un par de vueltas más antes de hacer lo propio para finalmente hacer unos 56´y mis 10.500 metros. Un entreno que hubiese sido totalmente olvidable si no hubiese sido por la compañía.

No hay comentarios :

Publicar un comentario