RELATOS

Una vez iniciado el movimiento supe que no habría marcha atrás, sería difícil regresar a aquello que fui. Hoy soy otro ser: curtido, compañero del esfuerzo, amante de mis kilómetros. Sólo el fin de mis días debería obligarme a parar: ese es mi pequeño sueño.

viernes, 26 de octubre de 2012

JUEVES 25: INTERVAL EXIGENTE

Como estoy entrando en esa fase del plan específico en la cual se bajan los kilómetros pero la intensidad no, y donde hay que subir un punto la velocidad, me encontré con la necesidad de incorporar interval, o cuasi fartlek, pero en esta ocasión con menos recuperación y más intenso. Llegó la noche y comenzó a llover un montón, lo cual me partió mis planes. Así que ya cambiado con la ropa de correr decidí volverme a cambiar y ponerme ropa de estar en casa, y doblar sesión el viernes, sin embargo a eso de las 20:40 dejó de llover y aproveché para volverme a cambiar y salir pitando. Como no quería complicarme la vida, hice tres vueltas a un circuito alrededor de casa de algo menos de 4 kilómetros. A los 15 minutos de calentamiento tocaba cambiar el ritmo durante un minuto de forma exigente para luego recuperar trotando otro minuto y así durante casi 40 minutos más. Al comenzar los cambios de ritmo la cosa marchó regular, porque no eran buenas las sensaciones, pero a partir del tercero la cosa se suavízó bastante y empecé a disfrutar el entreno. Al final terminé sin apenas despeinarme y bastante a gusto. Llegué hasta el minuto 54, habiendo hecho 20 cambios de ritmo con sus consiguientes recuperaciones y me sobró un minutillo para descalentar en las inmediaciones de casa.

Lo mejor, es que al final pude entrenar y no dejé los deberes sin hacer para el viernes.

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